La peor caída económica mundial en más de 70 años provocó una contracción económica en ALC de casi dos por ciento, y a pesar de ello la región retoma rápidamente el fuerte patrón de crecimiento que experimentó antes de la crisis, y es probable que crezca a una tasa superior al cinco por ciento en 2010, destacó la vicepresidenta del Banco Mundial (BM) para América Latina y el Caribe Pamela Cox en la Conferencia de las Américas 2010 en Miami.
“La velocidad de la recuperación latinoamericana y su fortaleza ante la crisis económica global puede atribuirse, en parte, al crecimiento de las exportaciones de materias primas regionales con destino a las economías asiáticas, en particular a China”, explicó el economista en jefe para América Latina y el Caribe del BM Augusto de la Torre.
Más del 97% del Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina se produce en países exportadores netos de materias primas, de los cuales sólo siete aportan aproximadamente el 85% del PIB regional.
En los últimos años Suramérica duplicó la tasa de expansión de sus exportaciones, sobre todo el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y en especial Brasil. Las ventas agrícolas representan en promedio más del 50 por ciento de las exportaciones totales de Argentina, Uruguay, Paraguay y sur de Brasil.
En 2008, las exportaciones de materias primas de las siete economías más grandes de ALC alcanzaron un máximo de casi 400 mil millones de dólares, que representa el 52% del total de las exportaciones. El valor de las exportaciones bolivianas creció 43% hasta alcanzar los 6.900 millones de dólares.
América Latina exporta cada vez más materias primas a economías emergentes. La participación de Estados Unidos como destino de las ventas regionales disminuyó de 44% en 1990 a 37% en 2008, mientras que la de China creció más de 10 veces en el mismo período, de 0,8 por ciento a 10 por ciento. [1]
La mayoría de las economías latinoamericanas se beneficiaron ampliamente del auge de precios de las materias entre 2001 y 2008. Las siete economías más grandes ganaron un 22 por ciento en promedio; mientras que los más beneficiados en el grupo de economías medianas y pequeñas fueron Bolivia y Venezuela, señala el informe anual del BM titulado “Recursos naturales en América Latina y el Caribe: ¿más allá del ciclo de auge y caída?”
En las últimas décadas, la participación de los recursos naturales en los ingresos totales aumentó en todos los países exportadores de materias primas de ALC, con excepción de México. En la actualidad, el 24% de los ingresos fiscales de los países latinoamericanos depende de la exportación de materias primas.
Entre 2004 y 2008, las exportaciones de materias primas representaron entre 10% y 49% de los ingresos fiscales de Argentina (materias primas agrícolas), Chile (cobre), Colombia (petróleo), México (hidrocarburos), Perú (minería) y Venezuela (hidrocarburos).
Según el FMI y el BM, las abundantes ganancias provenientes de las exportaciones de materias primas ayudaron a superar la crisis financiera más rápido de lo previsto y apuntalaron el crecimiento económico en ALC. Sin embargo, ¿la chorrera de dinero será un catalizador efectivo del “desarrollo” y la prosperidad económica en la región?
La historia económica enseña que el subdesarrollo crónico de los países de ALC se debe a su escasa eficiencia y productividad en el uso del trabajo y capital, y sobre todo a su extrema dependencia de las exportaciones de materias primas sin valor agregado.
La Cepal y muchos otros centros de investigación de ALC y del mundo demostraron que los países de la región continuarán pobres y no progresarán de manera continua y a largo plazo si no diversifican sus exportaciones e impulsan la competitividad y la innovación para mejorar la calidad de su inserción en la economía global.
La representante del BM Pamela Cox consideró que la región “invierte muy poco en investigación y desarrollo (sólo Brasil invierte el uno por ciento de su PIB), establece pocos incentivos fiscales, no protege bien la propiedad intelectual, y sus universidades operan sin una conexión consistente con la industria…”.
Algunos expertos del BM observan que los países de ALC no han hecho de la innovación una prioridad de sus políticas públicas y nacionales, y muchas veces ni siquiera forma parte de las estrategias de desarrollo nacionales.
“A medida que inviertan mucho más en investigación, desarrollo e innovación y creen nuevos bienes, mayor será la probabilidad de que los países de ALC recuperen el terreno perdido en décadas anteriores”, afirmó Cox.
El progreso de ALC no estará completo a menos que los países descubran nuevas y mejores maneras de hacer las cosas y de agregarle valor, sentenció la ejecutiva del BM de más alto rango para la Latinoamérica, pero un reciente informe del propio BM sugiere exactamente lo contrario.
La extrema dependencia de las exportaciones de materia prima no es una “maldición” que trunca necesariamente el desarrollo de Sudamérica; al contrario, los países pobres pueden “desarrollarse” y prosperar exportando cada vez más recursos naturales y bienes básicos, concluye el BM en su informe Recursos naturales en América Latina y el Caribe: ¿más allá del ciclo de auge y caída?
El documento –escrito por el economista en jefe para ALC del BM Augusto de la Torre en co autoría con Emily Sinnott y John Nash– explora las implicaciones de los recursos naturales en el crecimiento y desarrollo regional a largo plazo, y también analiza cómo los patrones recurrentes de auge y caída de los precios de las materias primas han generado incertidumbre en los exportadores e importadores netos de ALC.
“No existe mucha evidencia que respalde la idea de que las materias primas representen un área de menor crecimiento de la productividad, que tengan menos potencial para generar un impacto positivo sobre la economía, o que sus precios tiendan a caer en relación a las manufacturas”, indica el documento del BM.
Al contrario, “si la región es capaz de mantenerse alejada de los ciclos de auge y caída comunes en el pasado, los recursos naturales pueden llegar a ser una bendición”, ya que las elevadas utilidades obtenidas en la producción de materias primas pueden utilizarse ventajosamente en periodos de crisis económica, resalta el informe.
El organismo internacional considera que los potenciales impactos ambientales derivados de la explotación de los recursos naturales pueden mitigarse, y en algunos casos hasta evitarse, implementando un sólido proceso de planeamiento y diseño de proyectos, incluyendo una evaluación ambiental.
La “bendición” de exportar materia primera
El crecimiento regional fue del 2,5% desde los años 80, para luego acelerarse a más del 5% durante el período de bonanza de 2004–07. Para 2010 se proyecta que el PIB regional crecerá 4%, lo que constituye un buen desempeño en relación a los estándares históricos, evalúa el informe Perspectivas económicas: Las Américas 2010 del FMI.
El FMI prevé un crecimiento promedio de 2,7% en Argentina, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Surinam, Trinidad y Tobago y Venezuela, tras una caída de 0,6% en 2009. La rápida recuperación de Bolivia y Paraguay contrasta marcadamente con la expectativa de que la actividad económica en Venezuela siga contrayéndose. (Implicaciones para la región de América Latina y el Caribe, FMI 2010-09-15) [2]
El estudio Panorama de la inserción internacional de América Latina y el Caribe 2009-2010 de la Cepal estima que las exportaciones latinoamericanas crecerán 21,4 por ciento en 2010, un repunte impulsado por la venta de materias primas a Asia y en particular a China.
Los precios de las materias primas han subido fuertemente desde los mínimos registrados a fines de 2008 y, en el caso de los metales y la energía se espera que sigan una tendencia ligeramente alcista en 2010–11. El crecimiento vigoroso de Asia emergente seguiría apoyando los precios de las materias primas y favoreciendo a los exportadores de ALC, vaticina el FMI.
“Asumiendo que la demanda asiática de exportaciones como soya argentina, mineral de hierro brasileño, cobre chileno, pescado y minerales peruanos y otras materias primas latinoamericanas se mantenga, la región estará en una posición inmejorable para poder beneficiarse de sus recursos naturales”, aseveró el economista del BM Augusto de la Torre.
Los países que exportan volúmenes considerables de materias primas podrían recibir importantes ingresos extraordinarios. Las abundantes ganancias maximizadas por los altos precios pueden proporcionar mayor espacio fiscal a los gobiernos, servir directamente como una plataforma de crecimiento y contribuir al desarrollo, “siempre y cuando se administren de manera prudente y con un horizonte de largo plazo”, precisa el informe Recursos naturales en América Latina y el Caribe: ¿más allá del ciclo de auge y caída?
“A largo plazo, el desafío es administrar bien esta bonanza y destinar esas ganancias a la inversión en capital humano, a construir una infraestructura mejor y a fomentar la innovación, algo fundamental para el crecimiento sostenido”, recalcó de la Torre.
En su criterio, “un signo claro de que los riesgos relacionados con la abundancia de materias primas están siendo evitados se materializaría si los países exportadores lograsen ahorrar una parte sustancial de las ganancias extraordinarias obtenidas con su venta”.
De los cinco países que comenzaron el auge de 2002 con fondos de estabilización o arreglos fiscales similares, sólo Chile y Trinidad y Tobago lo finalizaron con ahorros sustanciales que les permitieron financiar estímulos fiscales en tiempos de crisis. Esas experiencias indican que ahorrar ganancias inesperadas para usarlas luego durante el período de caída puede derivar en beneficios económicos y quizá hasta políticos, resalta el BM.
En conclusión, el informe Recursos naturales en América Latina y el Caribe: ¿más allá del ciclo de auge y caída? asegura que ALC puede “crecer” y prosperar si exporta mayor cantidad de materia prima e invierte bien la renta.
Para el BM, la “clave” del “desarrollo” no es diversificar las economías primarias de América Latina sino intensificar la explotación de recursos naturales y crear “fondos de ahorro a largo plazo” que ayuden a “manejar la inestabilidad de sus ingresos y a preservar la riqueza”.
Notas:
[1] China clasificó como el quinto mayor inversionista del mundo con 56.530 millones de dólares invertidos en 177 países y regiones en 2009. Asia-Pacífico, Europa y Africa recibieron la mayor cantidad de los recursos.
[2] Las exportaciones bolivianas crecieron 28 por ciento entre enero y julio de 2010 y sumaron 3.763 millones de dólares, superando los 2.933 millones de dólares alcanzados el año anterior, informó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Las exportaciones mineras de Bolivia crecieron 46 por ciento, de 719 millones de dólares en 2009 a 1.056 millones de dólares en julio de 2010. Las ventas de hidrocarburos experimentaron un alza de 307 millones.