Según el informe Perspectivas del medio ambiente: América Latina y el Caribe del PNUMA (http://www.pnuma.org) y el documento Azúcar roja, desiertos verdes (Informe latinoamericano sobre monocultivos y violaciones al derecho a la alimentación y vivienda adecuadas, coordinado por la Coalición Internacional para el Hábitat http://www.hic-al.org/publicaciones.cfm?pag=publicderviv), el aumento de la producción de materia prima para agrocombustibles tuvo impactos directos en el incremento del precio de alimentos básicos, e indirectos en el encarecimiento de los productos ganaderos.
La FAO precisó que otras causas importantes del aumento de precios de los alimentos fueron los fenómenos meteorológicos extremos asociados al cambio climático. “La sequía es la más frecuente causa natural específica de la aguda escasez de alimentos en los países en desarrollo”, señala la hoja informativa Cambio Climático, Agua y Seguridad Alimentaria 2009 de la FAO.
El PNUD y la FAO prevén que la agricultura de secano, que abarca el 87 por ciento de la superficie agrícola en América del Sur, será la más afectada por las alteraciones del ciclo hidrológico, sobre todo los pequeños cultivos de maíz que son sumamente sensibles al clima.
En los últimos meses se registraron en Bolivia lluvias, inundaciones, sequías y heladas extremas en zonas andinas, en el Chaco sur y en vastas áreas del este del país. El gobierno boliviano estimó que la sequía afectó a más de 16 mil cabezas de ganado y a más de 24 mil hectáreas de cultivos de trigo, frijol, maíz y otros productos propios de esas zonas.
El sector agropecuario se desaceleró a una tasa de 0,5 por ciento en el primer semestre de 2010, estimó el investigador Luis Ballivián. El fuerte impacto de la sequía y las heladas en la producción de alimentos elevará la tasa de la inflación, dijo el Banco Central de Bolivia (BCB). La inflación puede dispararse hasta seis por ciento a finales de año y provocar una crisis de alimentos en el país, vaticinó el coordinador de la FAO Einstein Tejada en una entrevista con la agencia de noticias Xinhua.
A principios de julio, la ministra de Desarrollo Rural Nemesia Achacollo confesó a la agencia Prensa Latina que la desertización de áreas de cultivo pone en riesgo la seguridad alimentaria nacional, pero el 23 de agosto descartó una posible crisis alimentaria. “La situación no es para alarmarse, no existe riesgo de crisis alimentaria”, aseguró el viceministro de Desarrollo Agropecuario Víctor Hugo Vásquez.
El gobierno ejecuta varios programas para garantizar la provisión de alimentos y tiene previsto invertir más de 50 millones de dólares para impulsar el cultivo de papa, maíz y trigo y la reproducción de camélidos en el marco del Programa de Apoyo a la Seguridad Alimentaria (PASA). Se elevó la producción de trigo hasta 273 mil toneladas y este año el país tendría un superávit de más de 180 mil toneladas de azúcar y 30 mil toneladas de arroz, destacó Vásquez.
Bolivia cuenta con aproximadamente ocho millones de cabezas, y produce 181 millones de toneladas de carne y 399 mil litros de leche al año. El Programa Nacional de Fomento al Desarrollo Pecuario de Carne y Leche que comenzará en septiembre con una inversión de 10 millones de dólares comprará 12 mil cabezas de ganado mejorado y 24 sementales, e instalará tres laboratorios para la fertilización in vitro.
Por otro lado, la FAO donó 751 mil dólares al Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG) para financiar un programa de inmunización de al menos 170 mil cabezas de ganado vacuno, con miras a erradicar la fiebre aftosa hasta 2011, y también potencia la producción de tubérculos y granos básicos en zonas altoandinas de Bolivia.
La representante del PMA en Bolivia Vitória Ginja destacó los esfuerzos que hace el gobierno para aumentar la producción de alimentos y fomentar el consumo de cereales andinos, mientras que la oficina de la FAO en Bolivia valoró positivamente las iniciativas gubernamentales para mitigar los efectos climáticos en la producción agrícola y ganadera.
Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos, Bolivia sentirá el impacto en la crisis alimentaria, advirtió la FAO. El índice de precios internacionales de una canasta de materias primas alimentarias elaborado por la agencia internacional marcó en julio un máximo en cinco meses y todo indica que el indicador será más alto en agosto.
Fuente: Bolpress.