Obstetra de profesión, Chihuailaf es, además, integrante del directorio de la Corporación NorAlinea, de defensa de los derechos humanos, a raíz también de su propia experiencia como parte del pueblo mapuche, con su permanente lucha por la autodeterminación y la recuperación de sus tierras ancestrales.
P. En la tercera semana de huelga de hambre de los presos mapuche en las cárceles del sur de Chile ¿cómo ve usted esta situación y qué es lo que piensa de la aplicación de la ley antiterrorista?
R. Es tan evidente la aberración que casi no se puede decir mayormente porque es grosero el hecho de que nuestra gente sea acusada de terrorista. O sea, si terrorismo es ir en contra de la depredación de la naturaleza, entonces seríamos terroristas, pero del punto de vista del concepto, nuestra gente no lo es. Sería entonces una curiosa realidad el ser terroristas porque las víctimas están sólo de nuestro lado.
Y la falta de diligencia, para decirlo de una manera cordial, que han tenido los sectores denominados “demócratas”, los que -hasta el día de hoy- no se han interesado por derogar esa ley heredada de la dictadura, que se ocupa de esa manera tan aberrante, en una situación que no corresponde, por lo demás.
P. Entonces, ¿usted concibe como racista la aplicación de esta ley?
R. Absolutamente, absolutamente. Porque aquí el narcotráfico no es considerado terrorismo. Entonces, hoy día para el Estado capitalista, es defender los recursos naturales. Nadie es considerado terrorista salvo quien, paradójicamente, defiende la vida de la tierra, porque, como dice nuestra gente, nuestra visión de mundo: “Somos apenas una pequeña parte de ella”.
El fin de semana pasado habría comenzado un recrudecimiento del conflicto en la Araucanía y los medios de comunicación han indicado que se habría “reactivado el conflicto mapuche”. Quisiera saber cómo ve usted el tratamiento que le están dando los medios, por un lado, y por otro, el silencio que han adoptado las autoridades actuales.
Esto es precisamente una respuesta del pueblo mapuche a ese nulo deseo de diálogo. Por eso el lenguaje es tan importante, le llaman “diálogo” cuando el Estado quiere imponer una manera de ver los problemas que plantea nuestro pueblo.
Ahora, a mí me parece que el conflicto no lo ha generado nuestra gente. El conflicto lo ha puesto el Estado reiteradamente en distintas comunidades. Si pensamos en los últimos años, primero estuvo en Lonquimay, luego Alto Bio Bio, la zona de Temucuicui… A mí me parece que la comunicación es un poder que está al servicio de ese “otro poder” que es el poder económico. Hoy día tal vez sean menos todos estos poderosos, pero son cada día más feroces.
P. ¿Cómo ve usted la situación específica de los presos mapuche?, ¿Y qué le parece llegar a una situación tan extrema y asegurar que continuará “hasta las últimas consecuencias”?
R. Me parece un acto de ternura, como ellos mismos lo han declarado explícitamente: “lo hacemos por amor a la Madre Tierra”, dijeron en su primer comunicado público. Y yo creo que en la medida que el Estado y el Gobierno continúen con esa tozudez se va a generar un problema muchísimo más grave, porque yo siento que nuestra gente está dispuesta al sacrificio.
Esta semana nuestra radio ha buscado las reacciones distintas autoridades del oficialismo sobre la huelga de hambre, entre ellos el senador Espina, quien restó validez a las denuncias e indicó que la ley Antiterrorista es una ley creada en democracia. Por otro lado Lily Pérez, como presidenta de la comisión de Derechos Humanos del Senado, anunció la petición de un oficio para revisar la situación en el Congreso. Finalmente, la vocera de Gobierno, Ena Von Baer, ha evitado mayores declaraciones señalando que aquí existen procesos judiciales en marcha.
A mí no me sorprende la opinión de la derecha chilena y creo que ellos no van a cambiar esa visión, porque ven a quienes defienden la naturaleza como enemigos que se oponen a la depredación que están haciendo de manera tan exacerbada.
Pero nosotros sí nos sorprendemos por la falta de reacción de la sociedad chilena, porque esas son riquezas que nos pertenecen a todos, más allá de las culturas a las cuales pertenecemos. Habitamos este territorio y, sin mayor análisis histórico, diríamos que la sociedad chilena tendría que dar una respuesta en ese sentido.
Ahora, tampoco a mí me sorprende lo que opine el senador Espina, porque él se ha transformado en el vocero del capitalismo más exacerbado, y siendo él abogado, desde luego no quiere ver que esa legalidad está posterior a la legitimidad. Aquí hay dos aspectos: la legitimidad que defiende nuestra gente y que le pertenece, y la legalidad que impuso el Estado Chileno.
P. ¿Algún mensaje que le quiera dejar a la sociedad chilena?
R. Simplemente que empiece a pensar que la rubiedad es hermosa, tanto como hermosa es la morenidad, y eso implica un camino hacia la mirada del espejo obnubilado, empañado, que no quiere mirar y en el cual puede ver reflejada su identidad.
Yo los invito a que hagan ese ejercicio, desde lo que nos toca hacer cada ser humano en el ejercicio de su profesión u oficio, cada uno es importante, para sumarse entonces a nuestra sorpresa y nuestro enojo frente a lo que está realizando el capitalismo chileno que ha ido entregando lo que nos pertenece a todos como país, más allá de las historias y de las culturas que habitamos en este lugar.