Se estima que desde 1813 se produce en hornos de adobe y piedra de la localidad de Laja, lugar de función de la ciudad de La Paz, un pan especial que no contiene levadura, manteca, azúcar, bromato, ni químicos.

En todo el municipio de Laja, aproximadamente mil familias se dedican a la elaboración de hasta cien mil panes diarios en alrededor de 70 hornos artesanales, calcula el presidente de la Asociación de Panificadores 10 de Septiembre Rigoberto Ríos.

El producto se vende diariamente en las ciudades de La Paz, El Alto, Oruro, Cochabamba y Santa Cruz; en ferias comunales de la provincia Los Andes, e incluso en Perú, Chile y Argentina.

La declaratoria del pan de Laja como patrimonio departamental fue emitida luego cumplir varias normas establecidas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), informa el director de Culturas de la Prefectura de La Paz Alejandro Amaru.

La Resolución reconoce el enorme valor cultural de un sistema de producción artesanal de carácter familiar con el uso de tecnología tradicional, que se remonta al siglo XIX y que se transmitió de generación en generación.

El objetivo de la declaratoria prefectural es establecer un «Plan de salvaguarda” para revitalizar y proteger al pan de Laja como un producto tradicional y artesanal en el período 2010-2014.

El alcalde de Laja Pedro Huanca dice que para aumentar la producción se necesita mejorar algunos hornos artesanales en cuanto a condiciones de higiene y salubridad. Uno de sus objetivos es firmar convenios con La Paz y El Alto para que este pan mejorado con quinua o cañahua pueda ingresar en el desayuno escolar.

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