Sahara Occidental, en el noreste de África, fue colonia española hasta 1975. Ese año la decadente dictadura de Francisco Franco cede las apetencias anexionistas y presiones de Marruecos y firma el Acuerdo Tripartito, por el que se reparte el territorio entre Marruecos y Mauritania. El derecho a la autodeterminación saharaui fue conculcado y el Polisario comenzó a combatir contra ambos países. Poco después Mauritania se replegó permitiendo la ocupación marroquí de todo el Sahara.
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“El Frente Polisario agrupa a todas las fuerzas políticas de Sahara Occidental que luchan por la liberación nacional y la creación de un Estado democrático, liberal, que respete los derechos humanos”, resume Bachir. En 1976 la organización proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y al presente logró el reconocimiento de 85 países, principalmente de África y Latinoamérica –pero no justamente Argentina, Chile y Brasil.
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“Uno de los complejos que vivió Marruecos inmediatamente después de su independencia [de Francia, en 1956] es verse pequeño -políticamente, económicamente y geográficamente- ante una Argelia de 2 millones de km² y con abundantes riquezas minerales”, señala Bachir. “Este complejo llevó a Marruecos a provocar las guerras continuas contra Mauritania, contra Argelia y, finalmente, contra el Sahara Occidental.”
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En 1991 cesaron los enfrentamientos militares y una misión de las Naciones Unidas opera a ambos lados del muro construido por la monarquía marroquí para dividir el territorio en dos –el Frente Polisario controla una superficie aproximada de 285 mil km². Desde entonces las negociaciones de Paz han sufrido vaivenes y se reactivaron recientemente. El 10 y 11 de febrero representantes de ambos países se reunieron en Nueva York a instancias de la ONU, el diálogo debería continuar a fines de este mes o a principios de abril.
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La conversación con Salem Bachir fue la antesala a la entrevista del OPS con Hach Ahmed, ministro de la República Saharaui para las Relaciones con América Latina y el Caribe. El diplomático visitó Buenos Aires en una escala hacia Montevideo, donde participó del acto de asunción de José ‘Pepe’ Mujica a la presidencia de la República Oriental del Uruguay. En su fugaz paso por el Río de la Plata, Ahmed habló del rol que juegan los recursos naturales en las negociaciones de Paz con Marruecos y de las políticas que al respecto aplicaría una futura administración saharaui. También se refirió al interés de compañías multinacionales por los hidrocarburos de Sahara Occidental, al asesoramiento que reciben de Argelia y Venezuela en materia energética y a la posición argentina ante la demanda de autodeterminación saharaui.
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“Estamos preparando lo que va a ser el día después que se resuelva este problema”, dice Ahmed. “Tenemos la esperanza de que sea más temprano que tarde, habida cuenta del interés creciente de Naciones Unidas -y de países influyentes en el Consejo de Seguridad- para que este problema deje de entorpecer los procesos de integración de los países del Magreb, que está totalmente congelado mientras no se resuelva este conflicto”, explica.
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“De cara al futuro ya tenemos más o menos bien ultimado, por no decir ya prácticamente puesto en marcha, lo que va a ser el proyecto de Estado, que tiene como propuesta fundamental preservar las riquezas naturales; que sea una riqueza al servicio de la población, con participación bastante regulada de la empresa privada, de las empresas extranjeras”, continua. “En ese sentido hemos hecho algunos anuncios para ofrecerle acuerdos o declaraciones a ciertas empresas extranjeras, y se han interesado muchísimo. Incluso hay un mapa de concesiones off-shore que se está manejando por parte de algunas empresas y algunas sí están invirtiendo en lo que podría ser una fase de exploración y explotación futura.” Hace una pausa y agrega: “Si bien todavía no se han explorado los hidrocarburos, el interés que suscita en las empresas que manejan datos satelitales y conocen el terreno, nos hace pensar que las reservas son importantes”.
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“Por eso nuestro interés en ver esta situación en otros países y evitar los errores que han cometido”, y queda claro por qué apenas después de estrecharnos la mano al recibirnos nos pidió algunas precisiones sobre la política hidrocarburífera argentina.
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-Sahara Occidental cuenta con otros recursos naturales cuya explotación por Marruecos dio lugar a la intervinieron de Naciones Unidas.
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Nuestro territorio es un territorio amplio, una inmensa mayoría es desértica. Tiene mil kilómetros, aproximadamente, de costa con el Atlántico, y prácticamente no hay ningún obstáculo entre nosotros y América Latina. De hecho las aguas territoriales están en el centro de una gran polémica a nivel en la Unión Europea, a consecuencia de los acuerdos de pesca firmados con Marruecos, de los que se beneficia -sobre todo- la flota española. La Unión Europea está ahora solicitando el carácter ilegal de estos acuerdos, incluso hay un informe jurídico pidiendo la anulación.
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Esta es una batalla que hemos dado en Naciones Unidas, tanto por los acuerdos de pesca como por la explotación de los fosfatos, que está siendo explotado desde la época española. Es uno de los yacimientos más importantes del mundo, creo que las reservas de allí sitúan a nuestro país en el segundo lugar, y este mineral ha adquirido una gran importancia debido a su uso como fertilizante -de hecho los precios han subido el 400% la última década. Nosotros los tenemos a flor de tierra, a 100km, menos, de la costa, y dicen que es de buena calidad.
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Como eso está en la zona ocupada por Marruecos hay una gran campaña mundial para evitar que las empresas compren el producto bajo la ocupación marroquí. De hecho hay empresas que han anulado los acuerdos que existían con Marruecos y la única explotación que hay ahora es prácticamente a la sombra, ilegal.
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Luego hay un conflicto por los límites territoriales a raíz de las Islas Canarias. Hay una reivindicación española, hay una reivindicación marroquí también, y está la reivindicación saharaui.
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Nosotros ya hemos adoptado leyes regulando la actividad en lo que consideramos la cuenca marítima del Sahara, de cara al futuro. Sobre todo tratando de prevenir a las empresas que puedan ser seducidas por Marruecos para explotar lo que consideramos que son las aguas del Sahara Occidental. Es una especie de freno psicológico para que sepan que si participan en estas fases de explotación ilegal o de exploración, en el futuro no van a participar en la actividad con nosotros.
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-Decía que están tomando medidas de cara al futuro y que incluso han conversado con empresas petroleras sobre posibles exploraciones, ¿qué política se darán en materia de hidrocarburos?
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Tenemos la suerte de tener un país aliado, Argelia, que tiene una gran experiencia en la explotación de los hidrocarburos, es un elemento importante para nosotros. Luego tenemos relaciones muy especiales con países petroleros como Venezuela.
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Un 40% de nuestro territorio está bajo nuestro control, Naciones Unidas tiene una misión instalada ahí, separando a las dos fuerzas que están enfrentadas desde la época de la guerra. Tenemos prácticamente bajo nuestro control un territorio del tamaño de Panamá, 285 mil km², y hay un debate a nivel de liderazgo para saber si se puede tomar la decisión de empezar a firmar acuerdos para la exploración. Hay algunas empresas que estarían dispuestas a explorar.
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Tenemos bajo nuestro control todo lo que es el territorio que tiene frontera con Mauritania, si se ve el mapa, es una banda que oscila en su anchura entre los 200 y los 400 km, y de largo tendría unos 900, 1000 km. Y esa banda, en cierto modo, está en línea recta con lo que están ahora tratando de explotar los mauritanos en la zona de Atar, donde están las empresas francesas y españolas.
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-¿Con qué empresas han suscripto acuerdos?
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Tenemos un equipo especial para este tema, francamente ignoro mucho los detalles. Luego también sé que hay acuerdos que no son para anunciar, sobre todo porque no quieren perjudicar sus relaciones con Marruecos o no tienen interés en publicitar estos acuerdos. Sé que ha habido diálogo con empresas australianas, norteamericanas y europeas.
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-¿En la relación con Venezuela está incluida la exploración y explotación de hidrocarburos?
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Hemos hablado de este tema muchas veces, de hecho hemos mandado cuadros para formarse. Tenemos un acuerdo de cooperación firmado entre los dos países que tiene espacio para este tipo de actividades e intercambio de informaciones.
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Evidentemente cuando firmamos el acuerdo de cooperación, nuestro principal interés está en su experiencia en materia petrolera.
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-¿Tienen prevista la creación de una empresa propia?
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Sí, ya tenemos alguna gente formada y esta relación con algunos países nos está sirviendo para adquirir experiencia. Lo que está claro es que nosotros no vamos a privatizar, no forma parte de la estrategia para la explotación de los hidrocarburos. Participación sí de empresas extranjeras, pero nunca se pretende cederle el control total; sobre todo por la experiencia que hemos visto en muchos países que han dado pasos en ese sentido y se han arrepentido.
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-Argentina es un ejemplo de lo que no se tiene que hacer.
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Efectivamente. Incluso tenemos la experiencia de los mauritanos, que llevan 5 o 6 años explotando petróleo e ignoran la producción. La ignoran totalmente, no saben lo que se produce. Tienen algunas explotaciones en la cuenca marítima y de ahí, prácticamente, sale el petróleo. No se sabe a ciencia cierta si producen un litro, un barril o un millón de barriles.
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-Marruecos tiene una enorme dependencia energética. ¿Cómo incide esto en la relación en el proceso de negociación?
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Somos concientes de las carencias de Marruecos, no solamente en materia de hidrocarburos. Marruecos es un país pobre, tremendamente pobre. Es un país que no produce más que naranjas, tomates y lo que le ingresa de las remesas de la inmigración; y tiene la mala suerte de ser vecino de una de las potencias petroleras, como es Argelia. Marruecos es una monarquía de corte feudal, es un país que parcialmente vive en la Edad Media.
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Esa carencia de petróleo, sumado a los problemas internos que en su momento tuvo – sobre todo en la década del ’70, cuando hubo dos intentos de golpe de Estado-, llevó a la monarquía a iniciar esta guerra colonial a los saharauis por una parte del territorio. El objetivo de apoderarse de tierras que podían tener recursos importantes es la razón fundamental, otra cosa es que se lo intente disfrazar con reivindicaciones prehistóricas. Reivindicaciones prácticamente de la época de Adán y Eva, que se han demostrado que no son ciertas, como lo estableció el Tribunal Internacional de La Haya [en 1975].
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Hemos manifestado a Naciones Unidas nuestra disposición a tener en cuenta esas carencias de Marruecos, incluso, en materia de hidrocarburos, compartir con ellos algunos recursos. Por tanto, desde ese punto de vista, hemos tendido la mano a Marruecos. Es nuestra manera de colaborar también con un país vecino, aún teniendo esa factura histórica con nosotros, que pasará mucho tiempo para que se salde, porque la herida está abierta todavía.
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Es decir que los tenemos en cuenta y somos conscientes que siendo el país más pequeñito de la región, no podemos ser la manzana de la discordia, sino más bien el factor que facilite la integración. Ahora, integración no al estilo marroquí, que es absorber, que es conquistar, es borrar de la faz de la tierra; sino convivir, como han convivido con los países pequeños en Europa, como conviven aquí los pequeños con los grandes, como es Uruguay y Argentina.
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-En 2001 Marruecos otorgó permisos de exploración sobre territorio saharaui a la compañía francesa Total y a la norteamericana Kerr-McGree. Eso generó un pronunciamiento de la ONU y las empresas gradualmente se retiraron, aunque luego comenzó a operar otra norteamericana, Kosmos Energy. ¿Cómo es la relación con los países donde estas empresas tienen su casa matriz?
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A raíz de ello fue que Naciones Unidas pidió un informe jurídico al asesor Hans Corell, que lo emitió en 2002, y tiene carácter vinculante. Allí considera que la condición de Marruecos es de potencia ocupante, no le reconoce la soberanía sobre el territorio. Por lo tanto, mientras no se resuelva el problema, ninguna empresa está autorizada a explotar esos recursos, sobre todo cuando eso no beneficia a la población autóctona. Esto ha hecho retroceder a muchas empresas.
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Las empresas privadas, sobre todo las que tienen la costumbre de explotar recursos en África, muchas veces han ignorado qué es la legalidad y las observaciones éticas. De todas maneras, de acuerdo a los resultados que tenemos hasta ahora, nos sentimos satisfechos en cuanto a que al menos ha habido una especie de parón inicial a estas empresas. El que una o dos ignoren todo esto y decidan participar del saqueo abierto… Lo deseable es que no se produzca, de todos modos tenemos claro que cualquier empresa que participe de este pillaje el día de mañana no va a participar en la explotación de nuestros recursos.
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Quizás es una amenaza que no tiene sentido ahora, pero tenemos la convicción de que vamos a alcanzar nuestro objetivo. Y tenemos la convicción de que Marruecos se va a retirar del territorio. Y tenemos la convicción de que al final vendrán muchos a buscar negocios con nosotros. Nos gustaría que ninguna de las empresas que se presenten tenga como credencial que hayan explotado de manera ilegal nuestros recursos.
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-Hay quien presume que las pequeñas empresas que trabaron acuerdos con Marruecos son pantalla de grandes compañías. ¿Cuánto hay de cierto?
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No nos consta. Las grandes empresas, al menos en el Norte de África, están volcadas en Argelia y no necesitan buscar alternativas hasta este momento. Argelia es: suficientes hidrocarburos, suficiente seguridad jurídica, suficiente capacidad del Estado de asegurar sus acuerdos de cooperación con los países. Y no hay obstáculos, los barcos zarpan de los puertos argelinos y en casi 5 horas ya cruzan el Estrecho de Gibraltar. De hecho algunas de las empresas norteamericanas han multiplicado por 4 o 5 las inversiones en ese país.
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No hemos percibido ninguna señal de que haya grandes empresas dispuestas a hacer una apuesta por Marruecos, con la finalidad de sacar algún provecho de hipotéticos recursos en él. Ese país lleva casi 30 años buscando petróleo y gas por todas partes y no lo ha conseguido. Es un país que sigue importando tanto el gas como el petróleo. Se aprovechan del gas que lleva Argelia a España, vía el gasoducto [que atraviesa Marruecos], y reciben 100 millones de dólares anuales por derecho de paso.
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Lo que beneficiaría a Marruecos es resolver el problema y permitir la integración de los países del Norte de África, ese Magreb árabe. Le resultaría mucho más provechoso que la situación actual, que es la tensión con Argelia, la tensión con nosotros, y estar exponiendo permanentemente un caballo de batalla en el siglo XXI, con todo lo que implica en gastos militares. Actualmente tienen 150 mil hombres armados en el Desierto del Sahara, el gasto diario es un derroche de recursos imperdonable para un país del Tercer Mundo pobre como Marruecos. Es derroche de recursos cada vez más necesitados para promover el desarrollo de un país que prácticamente vive en la pobreza. Creo que más del 40% de la población vive en la pobreza absoluta en Marruecos. Esto no se conoce aquí, se piensa que al ser una monarquía árabe necesariamente tiene que tener petrodólares, y no es así. Marruecos es un país del Tercer Mundo de los más atrasados, no solamente desde el punto de vista económico sino también desde el punto de vista social y político, es un país que vive en la Edad Media todavía. Y su salvación pasa por retirarse de aventuras coloniales, aprovechar los pocos recursos que tiene y sacar provecho de la integración de los países de su entorno.
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-¿Qué argumenta Marruecos para mantener la ocupación?
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El típico argumento de todos los colonialistas: derechos históricos, prehistóricos. Eso pasó ya por el Tribunal Internacional de La Haya en 1975 y ha dictaminado. Hay una población que ha declarado su independencia y ha luchado por su independencia, incluso contra España. España se ha retirado después de firmar un acuerdo con nosotros y luego hubo una invasión. Es un hecho colonial, es una invasión armada de otro país.
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Me llama mucho la atención aquí la gestión con las autoridades argentinas [que no reconocen a la RASD]. El auténtico aliado de las reivindicaciones de Argentina somos los saharauis, somos un país que está parcialmente ocupado por tropas extranjeras, es un hecho colonial. Y es más, cuando van a Naciones Unidas por el tema de la explotación de los recursos naturales en las Malvinas, se dan cuenta que toda la documentación y toda la argumentación que hay allí es el resultado de una batalla que nosotros hemos librado. Por lo tanto, quien está situado en el mismo banquillo de Inglaterra es Marruecos.
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Y este es uno de los temas que tratamos aquí con nuestros amigos argentinos, para que entiendan que siendo un caso colonial, que siendo un proceso de descolonización, que siendo un país que también alberga sus epopeyas anticoloniales, merecemos que nos escuchen, que nos presten atención, como nos la han prestado los mexicanos, donde tenemos una embajada; los hermanos venezolanos, donde tenemos una embajada; los uruguayos, donde pronto vamos a tener una embajada.