Parlamento amazónico por soberanía del pulmón verde del planeta

La XI Asamblea Ordinaria del organismo, celebrada el pasado año en Maracay, estado de Aragua, eligió al diputado venezolano Eddy Gómez como presidente de la institución, integrada también por Ecuador, Perú, Surinam, Bolivia, Brasil, Colombia y Guyana. Los pronunciamientos del encuentro, aprobados por unanimidad por los asistentes, constituyen premisas para el funcionamiento de la estructura parlamentaria en la actual etapa.

Fomentar la unidad entre las naciones integrantes de la organización es un imperativo para preservar la Amazonía, tesoro mundial con una superficie superior a los ocho millones de kilómetros cuadrados.

Por la soberanía amazónica

En fase de fortalecimiento, el parlamento agrupa a todos los países que poseen territorios en la Amazonía, con excepción de la Guayana Francesa.

Entre las proyecciones del organismo sobresale propiciar el conocimiento de las reliquias del lugar donde pervive la mayor biodiversidad del orbe, afirmó Eddy Gómez en declaraciones a Prensa Latina.

Promover el estudio de los suelos, la flora, la fauna y de las comunidades autóctonas, resulta una necesidad impostergable, sentenció.

“Tenemos que lograr que se conozca la realidad amazónica, sólo la movilización y la unidad de los pueblos podrá defendernos de cualquier agresión imperial”, indicó.

Agregó que otra de las misiones del parlamento es promover la revisión de legislaciones vitales como la ley de minería y la de defensa de los espacios aéreos, entre otras normativas destinadas a resguardar reservas forestales, fuentes hídricas y a las poblaciones oriundas de ese sitio.

Estamos en un buen momento para preservar la soberanía del paraje, precisó tras destacar la trascendencia de estructuras de integración como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Unión de Naciones del Sur (UNASUR) y la recién creada Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.

“Estos organismos contribuirán sin dudas a la búsqueda de políticas comunes en defensa del Amazonas”, consideró.

El ALBA, con un enfoque de complementariedad, rebasa los límites del mero intercambio económico para adentrarse en la problemática de la pobreza y tejer estrechos lazos entre sus integrantes y UNASUR surgió ante la amenaza que representa la presencia en la zona de bases militares, navales y aéreas, resaltó.

“Es preciso el respaldo de gobiernos e instituciones para conservar el territorio selvático donde viven 30 millones de personas, pues el modelo consumista y las apetencias de acumulación de capital tienen una relación sostenida de conflicto con la naturaleza”, puntualizó.

La declaración de Maracay, cita que trazó los lineamientos primordiales del parlamento, condenó todo tipo de represión contra los habitantes originarios, tribales y campesinos de las áreas amazónicas y abogó por la creación de mecanismos que los amparen.

Declarar la región como una zona de paz, fue otro de los pronunciamientos del encuentro que reiteró el rechazo a la presencia de fuerzas militares extranjeras y ratificó el compromiso en la lucha contra el narco-paramilitarismo y el terrorismo en todas sus formas.

Ejercer oposición a la presencia de empresas transnacionales y fundaciones ambientalistas y religiosas que persiguen controlar los recursos del Amazonas, fue otro de los reclamos de la reunión.

SOS por la Amazonía

Tras sufrir siglos de depredación, los pueblos originarios de la Amazonía claman por el fin de ajenas ambiciones territoriales e insaciables apetencias corporativas, que saquean la vasta región y ponen en riesgo la vida de las comunidades nativas.

El preciado escenario abriga al mayor reservorio de agua dulce y al espacio boscoso más extenso del planeta, actualmente morada de 400 pueblos indígenas con idiomas, costumbres y tradiciones propias.

Vivir en armonía con la naturaleza es una práctica ancestral de los grupos aborígenes, profanados por invasores de rostros camuflados.

Para Gómez, una de las amenazas latentes en el valioso patrimonio suramericano es la presencia de organizaciones que bajo disfraces religiosos o supuestos fines investigativos, intentan apoderarse de sus riquezas.

Algunas de esas asociaciones como Greenpeace, agregó, se presentan como ambientalistas y ofrecen declaraciones sobre la caza de las ballenas o el cambio climático para engañar a la gente.

Tenemos supuestos investigadores que entran y salen de la región sin divulgar ninguno de los resultados de sus pesquisas, amplió.

Recordó que otras estructuras como el Instituto Lingüístico de Verano, financiado por Estados Unidos, penetraron en la vasta zona latinoamericana donde impusieron el aprendizaje del idioma inglés a los pueblos originarios.

La adoración de la bandera norteamericana y la negación de las costumbres y los ritos mágicos religiosos nativos, forman parte también del programa de sometimiento y penetración cultural, alertó.

Más de 60 agrupaciones religiosas, entre ellas adventistas y mormones, actúan en esos predios con fines de dominación, dijo y precisó:

“Tenemos certeza de que algunas de esas asociaciones sustraen los diamantes y minerales estratégicos con una fachada humanitaria, además de practicar la bio-piratería”.

Evocó que a estos daños se suman los estragos ocasionados por las transnacionales madereras que causan deforestación y la explotación minera que provoca la contaminación por mercurio de las cuencas fluviales con un saldo de casi un millón de pobladores intoxicados y miles de peces y aves envenenados.

Padecimientos como el paludismo, la diarrea, el Mal de Chagas y la desnutrición, son flagelos que perduran en la zona, aseveró.

Pobladores nativos son acosados por intereses foráneos, desplazados de sus tierras y en algunos casos agredidos por gobiernos neoliberales, aseguró y ejemplificó:

“La masacre de Bagua (Perú 2009), manifestación indígena reprimida con las fuerzas policiales, concitó la repulsa internacional, hechos semejantes no se deben repetir”.

¿Internacionalizar la Amazonía?

Alertó que los intentos de Estados Unidos de “internacionalizar” la Amazonía para declararla espacio patrimonial de la humanidad, persisten aún.

“Es una forma de garantizar su presencia permanente en la zona y controlar sus invaluables yacimientos de oro, bauxita, níquel, hierro, uranio, coltán y diamantes, entre otros recursos”.

Gómez comentó que una de las características del capitalismo en esta fase imperialista es su agresión militar permanente a los países que tienen recursos naturales y eso pone en peligro de manera permanente a la Amazonía.

En el área abundan los yacimientos de petróleo, el agua, la biodiversidad y todos esos elementos están en los planes norteamericanos, aseguró y explicó que se hace necesario que los mecanismos de integración también estimen la defensa militar de esta región, elementos que ya se están considerando.

Venezuela, con la mirada hacia el Sur

La promulgación de un conjunto de leyes para proteger a la región y a sus habitantes, es uno de los avances de Venezuela en el largo proceso para perpetuar los valores de un sitio de relevancia mundial.

Sobresalen las normativas de carácter cultural para preservar las lenguas originarias y las tradiciones aborígenes.

Las misiones educativas y barrio adentro (salud) mejoran la calidad de vida de los residentes en la Amazonía venezolana.

Otra de las prioridades es el incremento de los medios de transporte utilizados para la navegación.

“Continuar incrementado los servicios médicos son retos del gobierno y particularmente de la dirección de salud indígena”, insistió Gómez.

Tras centurias de saqueo, la Amazonía reclama más que nunca cuidados y protección con el concurso de todos los pueblos que conviven en el llamado pulmón verde del planeta, concluyó.

* Corresponsal de Prensa Latina en Venezuela.

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