Frente a este panorama empiezan a surgir algunas investigaciones orientadas a encontrar una salida al problema, por tal motivo el Instituto Nacional de Innovación  Agropecuaria y Forestal (INAF) presentó una investigación de 21 productos tolerantes al cambio climático que ayudarán a garantizar la seguridad alimentaría.

La Quinua, Haba, Amaranto, Cebolla y la  Zanahoria en algunas de sus variedades serían los productos más tolerantes a los efectos del cambio climático, principalmente por las características de cada variante que las hacen más tolerantes a los fenómenos naturales como los granizos, heladas o sequías, dependiendo de la variedad del producto. 

“La quinua es más tolerante en temas de sequía, dependiendo del terreno donde fueron liberadas, por ejemplo en el Norte de Potosí que viven en un ambiente de mucha helada donde el clima es mas frio en estas regiones” declaró Selso Ayala, director de investigación del INIAF. El uso que se pretende dar a este tipo de investigaciones es para incrementar la producción especialmente de algunos productos que poseen la característica de precocidad, es decir dar mayor prioridad a los productos que culminan su proceso antes del tiempo esperado dependiendo de la variedad de cada una de estas especies.

“Normalmente un cultivo lleva un determinado tiempo para la cosecha y en ese lapso temporal se puede presentar un fenómeno natural que puede destrozar la producción. En cuanto menor sea el tiempo de producción, será más fácil para nosotros tener una cosecha con anticipación. Si se acorta el ciclo productivo entonces se está previendo alguna eventualidad de cambio climático” destacó Ayala.

Sobre el grado de precocidad Ayala explicó que cada producto tiene diferente tipo de variabilidad genética, algunas crecen mucho más rápido que otras y con la precocidad se pretende hacer una selección natural de estos elementos de crecimiento rápido. La Quinua tiene unas 2.000 axeciones por la característica particular de cada Quinua, estas características tendrán como resultado un determinado tipo de producción dependiendo del piso ecológico donde se lo produzca.

El estudio de cada variedad implica dedicación de mucho tiempo por lo que la variabilidad no es homogénea en los productos. Bolivia es uno de los países con mayor riqueza de variabilidad, “somos la reserva genética de Latinoamérica y nuestras culturas han posibilitado todas estas variedades, sin embargo no sabemos aprovechar adecuadamente esta riqueza, por eso pretendemos darle el adecuado uso con su respectiva multiplicación e incentivar el consumo de estos productos” .

Por su parte Elva Terceros, directora general del INIAF adelantó que se realizarán investigaciones en ganadería dando prioridad a la agroforestería y lechería basadas en actividades sostenibles y amigables con la naturaleza. Con todas estas investigaciones se fomentará y garantizará la soberanía alimentaría en el país según las declaraciones de Ayala con el fin de disminuir la importación de semillas, de esta manera se contribuye a la soberanía alimentaria. Las hortalizas son los puntos de mayor atención por parte del departamento de investigación del INIAF, porque son productos que requiere de mucha agua “en el tema de las zanahorias se esta empezando a producir semillas en Oruro, por sus características territoriales” informó Ayala.

La combinación de los saberes tradicionales y la inserción de biotecnología son los puntos centrales que ayudaran a garantizar la soberanía alimentaría para ayudar a la germinación o reproducción, es un diálogo de saberes sin discriminar los conocimientos de nuestra gente con el fin de ayudar a mejorar los conocimientos y solucionar los problemas en Bolivia.

Con la selección natural se tendrán los datos del grado de tolerancia y resistencia a las plagas y problemas parasitarios, de esta manera se disminuirá el uso de fungicidas que causan problemas de salud, en este sentido Ayala destacó que no se debe fomentar la producción intensiva, “Nosotros nos admiramos de la enorme producción de Chile, pero no se dan cuenta que el uso intensivo de agroquímicos esta degradando sus suelos y se dará un momento que ya nadie les compre sus productos.

La gran producción no solamente es vender más y dejar el suelo degradado, sino que se debe hacer una producción sustentable” finalizó Ayala. La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos y de los países a definir sus políticas agrarias y alimentarias. Se reconoce que no existe seguridad alimentaria sin la seguridad de campesinos y agricultores.

Print Friendly, PDF & Email