Luego de hacer esta descripción de los territorios del norte del departamento de La Paz, Clemente Caimani Jhosesito se pone enfático y confirma que su pueblo no acepta “ninguna consulta para la exploración petrolera, ni siquiera gente que esté caminando por la zona y tampoco charlas, nada de esto. No queremos presencia de ninguna índole de las petroleras ni siquiera sobrevuelos que pasan por nuestro territorio, porque están vulnerando nuestros derechos y haciendo bulla para los animales y la gente, esto también es un impacto”.
Clemente Caimani, de lengua mosetén, es presidente del Consejo Regional Tchimán Mosetén (CRTM), organización que se encuentra preparando junto a otras instituciones una campaña para evitar la explotación de petróleo en Pilón Lajas, área protegida que constituye una Reserva de la Biósfera y Tierra Comunitaria de Origen (TCO), donde viven muchas comunidades de las culturas que forman el consejo.
“Estamos preparando una campaña a nivel de la TCO –informa con decisión–, estamos subiendo por las comunidades del río Quiquibey, por la carretera, por todo el territorio sensibilizando a la gente sobre los males que nos trae el petróleo, queremos hacer una campaña masiva con los mismos comunarios y con instituciones que nos van a colaborar como el Foro del Medio Ambiente y otras que quieran apegarse a esta inciativa”.
La campaña para una Amazonia sin petróleo es un rechazo decidido “porque no estamos aceptando ningún convenio ni que hagan estudios ahí dentro de nuestro territorio, éste es nuestro territorio y no se toca, ahí está la gente”. Sobre las decisiones gubernamentales, el presidente del CRTM dice que existe gran preocupación por el decreto lanzado sin consulta, “sin que nos haga saber cómo están los pueblos indígenas por eso estamos buscando aliados en todas partes”.
Intentos y contradicciones
En los años 70 han estado por ahí y hemos visto que las empresas petroleras han abierto brechas, y no han sacado nada pero nosotros no estamos de acuerdo que haya ese tipo de exploración petrolera dentro del territorio, afirma el líder mosetén y se pregunta ¿para qué el gobierno decreta estos territorios como TCO o áreas protegidas, sabiendo que van a destruirlas? Eso no tiene sentido, reflexiona.
Ancestralmente, los pueblos indígenas del norte de La Paz y de la región amazónica cuidan su territorio por ser fuente de vida, por ello, según anuncia el dirigente, la campaña por la Amazonia sin petróleo iniciará con un “No” al Gobierno, rechazando el proyecto de explotación petrolera que pretende instalar la empresa Petroandina SAM, conformada por Petróleos de Venezuela (PDVSA) y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
El rechazo es porque “hay cosas que están por delante de nosotros, es la cultura, la fauna y es la destrucción. Ni con el dinero ni con otra cosa el gobierno va a poder compensar lo que se va a destruir, por eso no aceptamos para nada el ingreso de ninguna actividad petrolera. Han estado intentando hacer un helipuerto, pero tenemos gente que está vigilando. Vamos a denunciar esto ante la opinión pública, no nos están respetando como pueblos indígenas que tenemos todo el derecho de vivir de seguir viviendo ancestralmente donde trabajamos, donde estamos como pueblos, donde están los niños tan sanos y disfrutando… Si llega, esta destrucción va a traer nuevas consecuencias, enfermedades, hambre, no va a haber animales, no va a haber pescado, todo va a ser trágico para nosotros”, finaliza Caimani.
Presiones empresariales
Sin embargo, las presiones de la empresa petrolera son permanentes en la región amazónica, según denuncia Vilma Mendoza, secretaria de actas de la Organización del Pueblo Mosetén (OPIM), quien confirma que la petrolera obliga a la gente a que cambie de idea y “el resultado es que nos han dividido, han fraccionado nuestra estructura orgánica como organización, han entrado directamente a las comunidades a hablar con los caciques que representan a una sola comunidad, sobrepasando al presidente de la OPIM que representa al pueblo mosetén”.
La presión de la empresa se enmarca en tratar de convencer por separado a las comunidades, utilizando argumentos como el de las regalías, pese a que los habitantes del norte de La Paz saben que esto no les traerá nada bueno, tomando en cuenta que no hay forma limpia ni sana de explotar hidrocarburos.
Más allá de las amenazas a la vida humana y de la naturaleza, los comunarios tchimanes y mosetenes tienen una forma de definida para su economía: “estamos trabajando con iniciativas productivas de las mismas comunidades y esto está en fortalecimiento y sólo necesitamos financiamiento externo, pero aun así parece que el Gobierno no escucha o no quiere escuchar”, dice Mendoza.
Economía mosetén
Como organización, el pueblo mosetén mantiene una práctica económica autosostenible, mediante el manejo integrado y de gente cuidando el bosque, actualmente también trabaja con madera de acuerdo a un plan de manejo forestal. “Sin embargo, en el tema de hidrocarburos nos vemos obligados a manifestarnos como pueblos indígenas, porque dentro del proyecto hay estudios sísmicos y vemos las líneas de estudio que afectan a nuestras comunidades”, explica la dirigenta.
Algunas de las comunidades afectadas hasta el momento son Simay y Villa Concepción, además, por el territorio de estos pueblos han pasado nueve líneas de exploración que atraviesan las comunidades de la TCO. Esta situación lleva a que sus representantes recuerden que estas culturas del norte de La Paz fueron parte del apoyo a la promulgación de la Constitución Política del Estado y que llegaron en marcha para este evento.
“Vemos en la Constitución el derecho que tenemos como pueblos indígenas, que no son igual a los colonizadores, ellos quieren firmar un convenio porque con los colonizadores lo hicieron en cuatro horas, por eso hicimos la diferencia, porque no somos colonizadores no migramos, tenemos este territorio que nos ha costado lucha y difícilmente lo vamos a abandonar”.