El fin del mundo puede que no lo sea

El fin del mundo también es un lugar y, a veces, hasta tiene nombre: Puina.Que sientas que las vizcachas que saltan entre las piedras y el agua del río (que llegará hasta las Filipinas o más allá aún) y las gentes que moran por esos lados no son otra cosa que un axis-mundo, de otro mundo como te decía, y lo mejor de todo: a lo mejor del tuyo propio.

¡Aguante Lou Reed!

Recuerdo cuando escuchábamos New York una y otra vez, cuando gastábamos la cinta del casete, cuando aullábamos o nostalgiábamos con cada tema, cuando no había tiempo como sentenciaba una de las canciones más poderosas del disco y nosotros lo creíamos igual: no había tiempo para la mediocridad, no había tiempo para la complacencia, no había tiempo para la estupidez.