28 Abr
2015

La magnitud de la inversión estatal no ha cambiado el modelo económico neoliberal porque sigue vigente el libre mercado, la concentración de los medios de producción y el poder económico en  pequeños grupos de comerciantes, latifundistas, constructores, ganaderos, madereros, castañeros y la banca.

La economía en el departamento amazónico de Pando actualmente tiene su principal característica en la explotación y exportación de materias primas provenientes de los recursos naturales. Los principales recursos siguen siendo la castaña y la madera como hace 35 años atrás, cuando se cayó la economía de la goma con el desplome de los precios internacionales. Bolivia exportó el 2013 un total de 129,5 millones de dólares en nueces o castaña amazónica, del cual 1,1 millones corresponden a la venta de castaña con cáscara y 128,4 millones a nueces descascaradas, señala un informe del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE). Ya en 2014 se exportó 173.1 millones de dólares según datos del Instituto nacional de Estadística (INE)- En el caso de la madera Bolivia ha exportado un valor de 58.5 millones de dólares el año 2014 según el (IBCE). No se tiene el dato desagregado de la región amazónica y de Pando en particular, pero se sabe que la mayor concentración de las áreas de aprovechamiento de castaña y madera están en el norte amazónico y proviene principalmente de Pando.

Pando solo aportó en el año 2013 el 0,16% de las exportaciones nacionales, por un valor de 19. 446.715 millones de dólares, según datos del IBCE (1), lo cual no son datos que reflejan la realidad porque la madera y la castaña de Pando es beneficiada en Riberalta y es exportada como origen en el Beni y por tanto no es computada en los datos oficiales. Se puede calcular a groso modo que Pando aporta el mucho más al PIB de Bolivia, aun así esta cifra es poco significativa para la economía nacional. La razón es porque continuamos con el modelo de extracción y exportación de recursos naturales sin valor agregado.

El efecto del modelo es la explotación irracional de nuestros recursos naturales, en especial de las especies maderables valiosas. El saqueo de la madera ha sido constante durante 30 años y continúa actualmente sin tregua por extranjeros peruanos, brasileños y también por ciudadanos bolivianos a través de empresas madereras que dejan míseros recursos por concepto de patente forestal de un dólar por hectárea y en muchos casos evaden impuestos a través de la clonación de CEFORs. Las causas son que las normas forestales de explotación de madera son obsoletas y no benefician a la región. Urge una nueva ley de bosque consensuada con los actores de la región, que contemple regalías, reforestación, industrialización y un ciclo de corta que garantice la sostenibilidad ambiental.

Solo para dar un ejemplo: Chile que no es un país forestal tiene ingresos superiores a los 6 mil millones de dólares por concepto de la industria forestal de producción de celulosa y muebles, mientras que la mitad de nuestro país son bosques y solo hemos exportado 58.5 millones de dólares el 2014, en madera bruta y manufactura de madera. Por otra parte, el 60% de los muebles que consume el país son importados. Entonces podemos decir que algo anda mal. Las políticas públicas no son las adecuadas o hay ausencia de políticas públicas para el sector forestal. Es evidente la falta de una política de transferencia tecnológica, asistencia técnica, formación de recursos humanos especializados y la creación de la empresa boliviana de la madera.

En el caso de la castaña amazónica, el Estado creo la Empresa Boliviana de la Almendra (EBA) que ha logrado estabilizar un buen precio de las nueces en el mercado local (150 bolivianos la caja actualmente), pero que se ha convertido en una empresa que compra almendra al igual que los intermediarios, que terciariza el beneficiado en las empresas privadas. La EBA está construyendo desde hace varios años una beneficiadora de almendra en el Municipio del Sena, pero hasta ahora no funciona, lo cual es problema de gestión. La EBA ha sido una decisión acertada desde el Estado pero al parecer no cuenta con recursos humanos adecuados con conocimiento de la realidad regional y con una visión social. Un solo ejemplo al respecto, es que no se fortalecido y organizado a los productores de castaña que son campesinos e indígenas del norte amazónico quienes se pueden convertir en socios de la empresa estatal uniendo la economía estatal con la economía comunitaria en el marco de la economía plural establecida en la Constitución Política del Estado.

La ganadería también se ha convertido en un rubro de importancia en la región, a pesar, que Pando tiene vocación forestal en el uso del suelo, esta actividad viene creciendo de manera sostenida a través de la deforestación del bosque que es convertida en praderas de pastizales artificiales. Según datos extraoficiales Pando tiene un hato ganadero de 130 mil cabezas de ganado para el consumo local que mueve aproximadamente 10 millones de dólares anuales. Esta es una actividad informal que no deja impuestos a la región. Se puede observar prácticamente que gran parte de las áreas de pastizales que ya han sido desforestadas no cuenta con ganado vacuno, son áreas ociosas que deberían ser objeto de una política pública para optimizar la productividad de la ganadería y así de esta manera evitar nuevas áreas deforestadas. Al mismo tiempo se hace necesarias políticas para sustituir el modelo de ganadería extensiva por un modelo intensivo de producción en áreas más reducidas pero con mayor productividad.

Otro rubro importante de la economía en Pando es el comercio en la capital Cobija que provee productos electrónicos, electrodomésticos, perfumería, bebidas alcohólicas y prendas de vestir a consumidores que provienen del Brasil. Se estima que la economía del comercio en Cobija y Puerto Evo mueve aproximadamente 150 millones de dólares anuales (2) El problema es que a pesar de que los productos son importados desde la zona Franca de Chile a la Zona Franca de Cobija, los costos de los productos son altos y no benefician a la población local, dejando también bajos ingresos por concepto de impuestos. Este modelo comercial ha beneficiado a pequeños grupos de poder que se han enriquecido y ha aumentado la desigualdad en Cobija. Por otra parte, la zona franca no ha cumplido la meta del desarrollo industrial que prácticamente no existe porque no se han creado las condiciones de infraestructura, caminos y servicios básicos como energía barata; y por la ausencia de políticas de incentivo y promoción desde los tres niveles de la administración del Estado.

En general pese a las políticas de inversión pública en infraestructura y bonos sociales, y el hecho de que Bolivia es el primer productor mundial de castaña proveniente de la región amazónica, que somos exportadores de maderas preciosas y de tener un alto nivel comercial regional; no se ha logrado aún, o no es visible, el bienestar material y espiritual de la población porque la pobreza y la desigualdad económica sigue siendo una constante en la región. El problema es que hay fuerte inversión pública pero no se cambia el patrón, entonces quienes manejan el capital público y privado son los que ya tienen una acumulación primaria y que se están potenciando con el modelo, mientras que la población en general accede a los beneficios de las obras sociales pero no tiene acceso al capital de inversión y por lo tanto no puede generar ingresos constantes y sostenibles.

Como ejemplo, cuando una empresa constructora hace un camino genera empleo temporal contratando a obreros y comprando alimentos a los comerciantes o a la dueña de una pensión. Cuando la obra acaba, el contratista se va con la ganancia de la obra y va acumular, ahorrar o hacer una inversión en otra parte, pero el poblador local se queda sin el trabajo temporal, solo se queda con el beneficio de la obra. Generar empleos sostenibles solo es posible a través de la formación de los recursos humanos, a través de la inversión productiva y la industrialización de los recursos naturales existentes en la región.

El desarrollo sostenible de la Amazonía es posible a través de la inversión pública estratégica priorizando las áreas de la producción y la industrialización del potencial de los recursos naturales cambiando el modelo desarrollista y neoliberal que aun impera en la región. El Estado Plurinacional tiene la misión de impulsar el desarrollo local conciliando la economía estatal con la economía comunitaria generando riqueza social, con distribución equitativa de la renta y con preservación ambiental y respeto a los derechos humanos de los pueblos que habitan el bosque.

La biodiversidad amazónica tiene un enorme potencial pero se necesita un nuevo modelo de desarrollo económico sobre la base del uso sostenible integral de los recursos naturales renovables estratégicos como la castaña, la madera, la siringa, la madera, el turismo, la piscicultura, la artesanía, las frutas tropicales, los bio-recursos, la tecnología, etc.

Un nuevo modelo económico necesita una nueva visión y el ejercicio de una democracia verdaderamente participativa que involucre a todos los sectores productivos y sociales de la región, en especial aquellos líderes locales y profesionales progresistas que tienen la experiencia y tienen la comprensión de la realidad amazónica y su dinámica económica, social y cultural; en la construcción de programas, planes y proyectos de desarrollo amazónico y su consecuente ejecución. También se necesita capital de inversión de los tres niveles del Estado y de la cooperación internacional, aplicación y transferencia de tecnologías adecuadas, asistencia técnica especializada, formación de recursos humanos con capacidad de gestión y visión amazónica. Solo así será posible un cambio sustentable para la transformación e industrialización de los recursos naturales.

Notas:

(1) Fuente: Publicación de Instituto Boliviano del Comercio Exterior N° 220, año 22, 2014, Santa Cruz Bolivia.

2. Cálculo realizado a partir de los ingresos de impuestos del año 2013 de Zona Franca Cobija.

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