05 Mar
2015

Los movimientos sociales interrumpen en la reunión del CTNbio, donde se votaría una aprobación del eucalipto transgénico y de la soya resistente naranja.

Movimientos sociales de Brasil e investigadores han estado advirtiendo de los impactos ambientales y social, de esta aprobación,dijo  Marciano Silva de MPA, de la coordinacación del Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA). La aprobación de variedad transgénica de eucalipto es una amenaza biodiversidad, su aprobación es un acto irresponsable y sólo sirve para intereses de las grandes corporaciones.

CTNBIO vota la liberación de transgénicos incluso con riesgos para la población

PULSAR BRASIL

En este jueves (5), la Comisión Nacional de Bioseguridad (CTNBio) debe aprobar más semillas modificadas, conocidas como transgénicos, que aún ven aliados al consumo excesivo de defensivos agrícolas. Actualmente el Brasil es líder, junto con los Estados Unidos, en el uso de agrotóxicos y semillas transgénicas, que precisan de más agrotóxicos. Está prevista la votación de tres nuevas liberaciones para uso comercial a pedido de las empresas productoras.

La votación será respecto del maíz y de la soya resistentes al 2,4-d, un producto extremadamente tóxico, además de la liberación comercial del eucalipto transgénico. El Brasil es uno de los mayores productores de celulosa del mundo: se estima que más de cinco millones de hectáreas ya sean destinadas a la plantación de eucaliptos, que el 2014 hizo que sus productores lucrasen 600 dólares por tonelada, actividad de las más rentables del sector.

De acuerdo con Gabriel Fernándes, asesor técnico de AS-PTA – Agricultura Familiar y Agroecología, organización no gubernamental, el agrotóxico en cuestión se trata de uno de los ingredientes del agente naranja, utilizado por los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam, y ya prohibido en muchos países. El veneno está asociado a diversas enfermedades y cuando es pulverizado en el medio ambiente se convierte en una sustancia considerada una de las más tóxicas ya desarrolladas.

Para Gabriel, la liberación de las nuevas semillas de maíz y soya demanda gran cantidad de agrotóxicos, que llegarán a las raciones animales, a los aceites y a todos los subproductos derivados de los transgénicos, lo que afecta a toda la población. Además de eso, el 2,4-D es fácilmente llevado por el viento, o sea, cuando es pulverizado se expande por las plantaciones vecinas.

Sobre el eucalipto transgénico, Gabriel cuenta que la empresa Futura Gene es la autora de la nueva variedad que posee un tiempo de producción reducido y con el consecuente aumento de gasto de los recursos hídricos. La planta, que normalmente consume 30 litros de agua por día y provoca sequía en el norte de Espírito Santo y sur de Bahia, va crecer más rápido y utilizar más agua. El cultivo del árbol transgénico aún puede comprometer directamente la producción de miel en el país. (Pulsar)

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