La IX Marcha deja mal parado al gobierno boliviano en Río+20

El gobierno de Evo Morales “invirtió” millones de dólares del pueblo boliviano para montar una campaña global contra los indígenas disconformes con la construcción de una carretera que destruiría sus casas, sus modos de vida, sus culturas, su ser indígena. Una comisión de la IX Marcha Indígena Originaria enviada a Río de Janeiro expuso su versión sobre lo que realmente pasa en el TIPNIS, y logró desarmar el discurso falso armado por el gobierno de Evo a nivel nacional e internacional.

“Nuestra actividad en Río es netamente informar, aclarar y continuar informando en los espacios que podamos. Hay muchas dudas que debemos aclarar, dudas que el gobierno ha generado a través de campañas mediáticas, desprestigiando nuestra defensa. Este es el momento oportuno para aclarar, tenemos que aprovechar estos espacios que nos da la Cumbre de los Pueblos”, explicó el ex presidente de la Subcentral TIPNIS e integrante de la comitiva Adolfo Moye.

Algunas organizaciones sociales prepararon un conversatorio entre indígenas y periodistas en un edificio de la avenida Rio Branco, en pleno centro de la urbe carioca. Participaron integrantes de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) y del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ).

“Hasta ahora el mayor problema que tenemos como indígenas está en la tierra y el territorio, que están atravesando un alto riesgo por aquello que las corporaciones transnacionales llaman ‘economía verde’. Por eso nosotros hacemos aquí presencia, para evitar que se negocie sin consultarnos a los pueblos indígenas. En Bolivia ya tenemos problemas serios en el oriente. El gobierno ya ha negociado la plata del Fondo Verde a través de las Naciones Unidas”, denunció Celso Padilla, presidente del Consejo Continental del Pueblo Guaraní, que reúne a indígenas de Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay.

Padilla también está en las filas de la IX Marcha Indígena Originaria, la cual lo comisionó junto a otros integrantes de la CIDOB y el CONAMAQ para denunciar internacionalmente la destrucción de los territorios promovida por el gobierno de Evo, vocación manifestada en los casos de la carretera por dentro del TIPNIS que él quiere hacer construir, así como la explotación de hidrocarburos en el parque Aguaragüe.

“No queremos que se sigan negociando los recursos naturales, porque todo lo que tiene que ver con los recursos naturales está en los territorios indígenas. No queremos que se negocien nuestros conocimientos, nuestra sabiduría. Por eso ahora hemos propuesto marchar hasta la sede del Banco Mundial, porque ahí es donde se negocian todos los derechos de los pueblos indígenas y manejan plata a nombre de los indígenas. Mientras, nosotros desde hace tres días no tenemos qué comer ni donde dormir. Pero estamos aquí más de 5000 indígenas de todo el mundo para decir a los estados que nos respeten”, exclamó Padilla, ex presidente de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG).

El dirigente afirmó que “nuestro primer objetivo es hacer una alianza estratégica con todos los indígenas del mundo, ser una sola fuerza, estar unidos y organizados para defender y hacer respetar los derechos de los pueblos indígenas y nuestros territorios. Queremos tener participación en cada uno de los estados donde estamos, queremos que nos respeten cuando elaboren leyes, que ya no estén en contra de los indígenas. Queremos participar, queremos Consulta antes de que se haga cualquier actividad en el territorio”.

A pocos días de iniciada la Cumbre de los Pueblos de Río+20 se empezó a notar en el ambiente que el presidente Evo Morales –aunque no lo sepa- tiene un problema con los movimientos sociales del mundo. Y con los pueblos indígenas, los mismos que pomposamente y con mucho respeto hace algunos años lo habían nombrado “Presidente de los Pueblos Indígenas del Abya Yala”, quienes no se esperaban tanta decepción, luego de escuchar a los habitantes del TIPNIS y conocer su lucha por la supervivencia en un Estado Plurinacional.

Afuera del parque Aterro dos Flamengos donde se realizó la Cumbre de los Pueblos, un grupo de jóvenes se instaló en 20 carpas, junto a carteles que decían “Não à construção da nova estrada que passa pelo TIPNIS”, entre otras consignas similares, además de mensajes dirigidos a Evo Morales para que libere a Nina Mancilla, la joven anarquista y punk acusada de “terrorismo” porque habría hecho detonar explosivos de baja intensidad en cajeros automáticos de la ciudad de La Paz. Paradojas de un gobierno que se dice “anticapitalista”.

En el parque anduvieron algunos activistas del gobierno de Morales, regalando a la concurrencia posters del presidente de Bolivia y de las Seis Federaciones de cocaleros del Trópico de Cochabamba, y repartiendo folletos a favor de la consulta en el TIPNIS para la construcción de una carretera.

“Un señora que no conocemos se les acercó y les gritó: ‘Ustedes son del gobierno, ustedes son los que están persiguiendo a los activistas que defienden los derechos de los pueblos indígenas en Bolivia’. La señora rápidamente les acusó y les dijo que el gobierno es quien quiere destruir a los territorios indígenas. Y que no es así como los del gobierno manifiestan, que ellos son ‘los defensores de los pueblos indígenas’. Realmente mucha gente entiende la situación nuestra y nos están respaldando muchísimo”, destacó Moye, líder del pueblo mojeño. 

Junto a organizaciones de defensa del medio ambiente, los indígenas se dirigieron a la sede de las instituciones insignia en la destrucción de sus territorios: el BNDES que presta el dinero y Petrobras que mueve las maquinarias para extraer los recursos de donde viven. “El presidente Morales quedó bastante desacreditado, lo notamos también cuando realizamos la marcha para terminar en una protesta frente al BNDES que financia megaproyectos, igual que en nuestro caso del TIPNIS”, aseguró.

Según Moye, “se demostró que hay mucha gente que entiende la posición de nosotros, es duro de hacer entender a muchos, pero también estamos avanzando muchísimo… Lo importante es que ahora la gente sabe bien que nuestra lucha es legal. No es como dice el gobierno, que queremos desestabilizarlo. Aquí le explicamos a la gente nuestra posición, y que estamos decididos a continuar defendiendo el TIPNIS sea como sea…”.

Con información de la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático.

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