México: Ciudad de Obregón y sus tradiciones indigenistas yaquis

En realidad los asentamientos de los yaquis abarcan buena parte del municipio de Cajeme, en el norteño estado de Sonora, cuya capital es Ciudad Obregón; lleva ese nombre en recordación al General que fue presidente de México desde 1 de diciembre de 1920 al 30 de noviembre de 1924.

Obregón terminó su vida asesinado por un pistolero como mandatario electo en el restaurante La Bombilla, en la barriada de San Angel de la Ciudad de México, antes de comenzar su segundo mandato presidencial en 1928.

Desde que dejó la primera magistratura en 1924, había regresado a su tierra de origen en Sonora para ocuparse de los negocios, hasta que retornó a la política y a encontrarse definitivamente con la muerte. De sus méritos se resalta que se inició en la Revolución Mexicana durante la presidencia de Francisco I. Madero, teniendo una destacada participación en ella junto Venustiano Carranza; como presidente, los historiadores afirman que favoreció a los obreros afiliados en la Confederación Regional Obrera Mexicana.

Se recuerda que contaba con el apoyo de los jefes de la tribu Yaqui, con quienes siempre mantuvo una relación cordial, clave en su ascenso político; se alió con "Chito", el gobernador de esa etnia que movilizó a muchos indígenas a votar por Obregón en las elecciones municipales de Cajeme, de 1911. Desde entonces el nexo histórico del ex presidente y esa minoría, que habita la cuenca del río de igual nombre al de la tribu, ha fraguado una conexión que llega hasta nuestros días.

Precisamente hoy, por esa fuente hídrica fundamental para su agricultura luchan en estos días los yaquis, junto a hacendados locales, para que ésta no le sea cortada en favor del acueducto de la capital estadual, Hermosillo.

En Ciudad Obregón, fundada hace casi 85 años y con poco más de 400 mil habitantes -la mayor del estado después Hermosillo-, el símbolo Yaqui esta marcado por doquier y así se nombra incluso el preferido club de béisbol de esa urbe norteña, actual monarca de la Serie del Caribe.

La presencia de la etnia no solo se ubica en esa región sur de la demarcación de Sonora, próxima al Pacifico, sino que grupos de sus tribus están radicadas también en Estados Unidos, a donde se les permite trasladarse sin necesidad de visado, cuando salen de Cajeme para el contacto con los parientes.

Reconocido entre los 62 pueblos indígenas de México -compuestos por 12 millones de habitantes-, la minoría Yaqui cuenta en la comarca rural de Cócorit, muy cerca de Ciudad Obregón, con un museo propio que fue fundado en abril del 2008.

Se trata de un amplio espacio cultural conformado por 11 salas temáticas que abarcan todo el universo de la larga vida de esa población prehispánica. Allí se agrupa la cosmovisión Yaqui, se conservan los linderos de su territorio, se muestran las festividades religiosas, música y danzas, la indumentaria etnográfica, la sucesión de las autoridades, medicina tradicional, historia, vestimentas y vida cotidiana.

Curiosa por sí sola es la sala lúdica, donde los guías del museo explican las reglas de su juego de cartas gigantes, de peculiar simbología. Pero sobre todo y como expresión más conocida a nivel nacional e internacional, está presente en el museo en forma gráfica y mediante audiovisuales, la retórica de la Danza del Venado, el animal sagrado de esa etnia, que se rige por usos y costumbres en su esquema de gobierno comunal.

La presencia Yaqui forma parte a su vez del Centro de Culturas Populares, creado en Ciudad Obregón en 1999 con el objetivo de rescatar, promover y expandir los valores distintivos de todos los grupos étnicos y expresiones populares de esa región cercana al desierto de Sonora.

Uno de los objetivos principales de este centro es resaltar los valores de las cuatro tribus que existen al sur del estado: Yaqui, Mayo, Pima y Guarijío. Esa institución se encarga de implementar proyectos que promuevan sus derechos culturales y étnicos dentro y fuera de Sonora.

Como parte de esa herencia cultural, alimentada en este caso por los misioneros jesuitas que convivieron con las tribus, Ciudad de Obregón celebra incluso la Cuaresma Yaqui (Wáejma), coincidiendo con el inicio de la primavera, en la denominada semana santa.

Además de sus aportes a las tradiciones culturales de la región, los yaquis, como mano de obra labriega, son elemento fundamental en la cosecha del trigo en Cajeme, donde se produce el 75 por ciento de ese grano en el país, con gran mercado como semilla para Pakistán y la India, por la adaptabilidad a las altas temperaturas.

El trigo es a la vez el principal alimento de sus comunidades: las tortillas de harina, que a diferencia del sur de México -donde se elaboran a partir del maíz blanco-, ellos las preparan con base a ese grano de origen europeo.

En su territorio se encuentra enclavado el Centro Experimental del Trigo, Norman E. Borlaug, como tributo al Premio Nobel de la Paz, quien colaboró en esa zona de Sonora para lograr diversas variedades de alto rendimiento y resistentes a la roya.

Al visitar el municipio de Cajeme, es perfectamente perceptible que la mancuerna Ciudad Obregón y los yaquis, éstos ya con jóvenes profesionales preparados para el relevo de sus ancianos gobernantes, se mantiene viva en todos los órdenes.

Se expresa en alto grado incluso en la coordinación cotidiana de los líderes indigenistas con las autoridades civiles municipales para tratar asuntos comunitarios que interesan a la población en general.

* El autor es corresponsal jefe de Prensa Latina en México.

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Pueblos Mágicos: una puerta a la historia de MéxicoA 52 asciende el número de Pueblos Mágicos en México, una categoría turística que avala los niveles de conservación de las tradiciones y riquezas patrimoniales que pone a disposición del visitante. Al inaugurar la quinta Reunión Nacional de Pueblos Mágicos, la secretaria de Turismo, Gloria Guevara, dijo que el propósito del proyecto es concentrar esfuerzos presupuestales para mejorar la calidad de los servicios y las ofertas de estos lugares de singular atractivo turístico.La funcionaria aseveró que la riqueza cultural e histórica de las comunidades mexicanas representa un potencial importante para aumentar la actividad turística del país, la cual también tiene como base la diversidad gastronómica y el cuidado del medio ambiente.Ante representantes de 40 Pueblos Mágicos de 23 estados, reunidos en Colima, Guevara apuntó que después de 10 años de programa, "el siguiente paso es mejorar la oferta de estos destinos para lograr que los visitantes pasen más tiempo en las localidades que ostentan tal condición".Durante este período, precisó la titular, la llegada de turistas a estas comunidades totaliza la cifra de 2.2 millones, con una estancia promedio de 1.8 días y un aporte económico equivalente a 250 millones de dólares, a lo que se suma una capacidad de hospedaje de 17 mil habitaciones en 700 hoteles.La Secretaria de Turismo aseguró que las inversiones ejecutadas en estas localidades redundan hoy en beneficio de los pobladores, en tanto genera fuentes de empleos y mejoras en las condiciones de vida.Guevara apuntó que se establecerá una unidad administrativa para la atención especial a los Pueblos Mágicos, además de instaurar un concurso entre todas estas localidades para impulsar la creatividad y la innovación. La titular del sector indicó que al cierre de 2010 México tuvo un saldo de 22 millones de visitantes, lo que supone alcanzar los montos de 2008, un año de referencia especial en la afluencia turística del país.

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