05 Nov
2016

Por: Patricia Molina

He aquí los dilemas de la apuesta extractivista o del extractivismo para sustentar el poder. Hay demasiadas interrogantes sobre la mesa que ni el Ministro ni los consultores de Geodata se animan a abordar. En todo caso inundar territorios altamente productivos, organizados territorialmente para la producción y que constituyen la principal zona ecológica del país no parece ser un asunto que pueda ser abordado minimizando la conflictividad a través de fondos y relocalización.


El angosto del Bala es un lugar ideal, -según los ingenieros-, para construir una represa. Esto porque el río Beni se estrecha al pasar por la Serranía que parece haber sido atravesada por una enorme bala de cañón. El lugar se encuentra en una de las zonas de mayor diversidad del mundo, resultado de procesos complejos y relaciones ecológicas que engloban la diversidad de genes, ecosistemas y especies de manera indisoluble al conocimiento, manejo y herencia cultural de los nueve diferentes pueblos indígenas que lo habitan.

El lugar se ubica dentro del gran paisaje Madidi-Tambopata, pie de monte oriental de los Andes tropicales, que va desde los 6.000 metros hasta los 180 metros de altura y tiene 15 tipos mayores de vegetación. Se trata de un corredor sumamente importante de bosque montano, en un área transfronteriza que vincula a cinco áreas protegidas nacionales: tres en Bolivia (el PNAMMI Madidi, la RBTCO Pilón Lajas y el ANMIN Apolobamba, en el Norte de la Paz) y dos en Perú (la Reserva Nacional de Tambopata y el Parque Nacional Bahuaja Sonene). Es uno de los espacios más importantes para la conservación a nivel continental, -según Wallace-, quien afirma que el Madidi es el área protegida más biodiversa del mundo, con el 11% de todas la especies de aves del mundo y el 3.7% de los vertebrados del mundo, dentro de un espacio de 0.0037% de la superficie del planeta.

Seguramente por estas consideraciones y su implicancia internacional, el nuevo proyecto El Bala o más bien, la última propuesta presentada por la empresa Geodata a través del Estudio e Identificación para el que fue contratada por 24.6 millones de bolivianos, ha desplazado el lugar de ubicación de la represa principal 45 Km hacia arriba de la Serranía de El Bala situándola en la Serranía del Chepete. De esta manera, reduce el área inundada en los Parques Madidi y Pilón Lajas, con respecto al viejo proyecto de Press, que de todas maneras era inviable por la altura de la represa propuesta, superior una de las serranías (Colorado).

En el Foro: “Cambio Climático en el Madidi”, organizado por el Instituto de Desarrollo Regional de la Universidad Mayor de San Andrés (IDR-UMSA) el 5 de octubre, el Ing. Jorge Molina del Instituto de Hidráulica de Hidrología señaló: “El resultado de cambiar la ubicación de la serranía de El Bala a la serranía del Chepete es efectivamente una reducción del área embalsada, pero al mismo tiempo trasladamos el problema hacia aguas arriba, que es una zona mucho más poblada. En los parques Madidi y Pilón Lajas incluso para el proyecto El Bala grande había relativamente poca gente, la nueva alternativa se ubica en una zona mucho más poblada y sobre todo con un tipo de población diferente, que son colonos.”.

A continuación leyó un extracto de la Ficha ambiental del proyecto: “Esta alternativa (A5a), afectará territorialmente, aguas arriba del Estrecho Chepete, a los centros poblados con tendencia a la urbanización (Inicua, Mayaya, Puerto Linares, Santa Ana de Mosetenes, entre otros), que son considerados Sindicatos Agraríos (colonizadores prioritariamente de tierras altas), si bien son demográficamente más concentrados, presentan menos escenarios de conflictividad, puesto que la reposición de tierras y fondos de apoyo, son herramientas prácticas de negociación para estos sectores, con fáciles condiciones de aceptación. Su grado de apropiación con la tierra tiene una relación socioeconómica mercantil, si una relocalización implica una mejora de condiciones económicas, difícilmente presentaran escena río ríos de conflicto.” (Geodata 2016). Es decir, para Geodata y los proponentes del proyecto no existiría mayor problema en inundar tierras productivas en el valle del Alto Beni, puesto que son actores fáciles de compensar con tierras y fondos. ¿Pero a qué colonos se refiere Geodata, de manera tan –por decir lo menos- inconveniente y desconsiderada?

Alto Beni, colonización y territorio

El Alto Beni se halla en el pie del monte oriental de los Andes que se conoce como Los Yungas a una altura de 350–1800 msnm. Tiene una población total de aproximadamente 23.000 habitantes. Se caracteriza por ser parte de un importante ecosistema subtropical con un potencial agrícola altamente productivo que se encuentra en los valles sub-andinos de la faja de los Yungas Altos del ramal oriental de la Cordillera de los Andes.

Con la Revolución del 52 se promovieron los proyectos de colonización de tierras bajas con el objetivo de “integrar” estas tierras a la economía nacional y liberar un poco la presión demográfica originada con la Reforma Agraria y la liberación de los trabajadores agrarios conocidos como pongos, para quienes no alcanzaba la distribución de tierras. Para ello fue creada la Corporación Boliviana de Fomento y posteriormente el Instituto de Colonización, con apoyo estadounidense, priorizando Yapacani, El Chapare y Alto Beni y se dio inicio a la construcción de obras de infraestructura.

En 1961 se inició la llegada de las primeras familias al Alto Beni, a lo largo del camino a Caranavi, en lo que se denominó colonización “dirigida”, es decir con apoyo estatal en créditos para el transporte, herramientas, asesoramiento técnico y casas de materiales locales, asentando 554 familias. En la segunda etapa (1964-1970), “semidirigida” se ejecutó la construcción del camino Santa Ana de Huachi-Covendo a lo largo del cual fueron ubicados los recién llegados. Se trataba de territorio mosetén, ya que incorporaba las misiones mosetenes de Santa Ana, Covendo y Muchanes, como parte de la tierra fiscal destinada a colonización. Los pobladores mosetenes fueron “integrados” a los programas de colonización, aunque pronto lo abandonarían. En esta segunda etapa se dio un impulso predominante al cultivo del cacao. Los colonizadores debían pertenecer a una cooperativa gubernamental, por lo que en 1964 fue creada la Cooperativa Alto Beni, cuya membresía era requisito para obtener créditos, pero posteriormente fue liquidada por el Banco Agrícola de Bolivia.

Tanto paralela como posteriormente al segundo programa de colonización semi-dirigida, numerosas familias fueron llegando al Alto Beni por sus propios medios. Se establecieron en tierras aledañas a las del programa de asentamientos y dieron lugar a una población significativa de ‘colonos espontáneos’, quienes obtenían sus parcelas e iniciaban sus trabajos por cuenta y riesgo propios. El lugar de origen fue principalmente el Altiplano. Muchos de ellos no pudieron acostumbrarse por el clima, animales, enfermedades y la vegetación que no sabían manejar. El Alto Beni fue el área de colonización con mayor porcentaje de retorno: 52%.

Cuando la cooperativa gubernamental quebró, los productores de cacao quedaron sin recursos de mercadeo y tuvieron que acudir a intermediarios para el transporte de su producto a la ciudad de La Paz, a 270 Km. El año 1975 nació El Ceibo como una cooperativa de centrales de productores de Alto Beni, en forma conjunta con la central de campesinos, con el propósito de lograr un mejor precio para sus productos en el mercado. De acuerdo a su página web, desde 1987 es el primer productor y exportador del cacao orgánico a nivel mundial y el Alto Beni es el área más importante del cacao cultivado en Bolivia. Los sistemas de producción de cacao generalmente se operan con un bajo nivel de insumos externos o ninguno y todos son productores ecológicos o están en proceso de transición. El Ceibo maneja un banco de semillas forestales y un vivero, cultiva variedades locales e introducidas de cacao y difunde su programa radial. Además cuenta con el PIAF, la Fundación para el Desarrollo Sostenible que es el brazo técnico de la cooperativa.

El Ceibo ha logrado lo que no consiguió el estado con los programas de colonización, es decir incorporar a pobladores de la TCO Mosetén como parte de la misma, con su producción de cacao. Se trata de un caso de cooperación indígena-colonizador, sustentado seguramente en formas de apropiación de la tierra que van más allá de lo meramente mercantil, donde se han encontrado elementos compartidos en la apropiación del territorio y la reproducción social.

El año 2008, el Alto Beni fue declarado capital del Cacao a nivel Departamental y Nacional. Las zonas de mayor productividad y densidad se encuentran en las llanuras aluviales y colinas bajas, particularmente de las áreas de Puerto Santa Ana hasta Popoy y el Cruce Piquendo hasta el río Boopy.

La Asociación de Productores de banana –UNABENI-, fue fundada el 23 de marzo del 2003, en la localidad de Sapecho, cuarta sección de la provincia Sud Yungas. Empezó con 10 asociaciones afiliadas y 450 socios productores de banano orgánico, llegando en la actualidad a más de 1000 socios. Su brazo comercial es la empresa BANABENI, a través de la cual realiza ventas en el mercado local y nacional, siendo proveedores del desayuno escolar en varios municipios como La Paz, El Alto, Viacha, Cochabamba y Santa Cruz y el 2016 también en los Juegos Deportivos Plurinacionales. Gracias al mejoramiento de la gestión post cosecha y la participación en mercados estatales, los productores han logrado la mejora de sus ingresos y calidad de vida.

El 4 de mayo del 2015 se realizó la entrega oficial, por parte de la Gobernación de a La Paz, de la totalidad de los predios de la Estación Experimental de Sapecho, a la Facultad de Agronomía de la Universidad Mayor de San Andrés. El área se ubica a una altitud aproximada de 450 msnm. La Estación fue creada en el marco del Instituto Boliviano de Tecnología Agropecuaria en 1975 que posteriormente el 2000 fue convertido en SIBTA, funcionando a través de fundaciones público privadas, transfiriendo las estaciones experimentales a las gobernaciones, lo que en muchos casos derivó en el cierre de las mismas

La Estación de Sapecho fue el principal Centro de Investigación en Cacao y actualmente lo es además en café, Jacha Inti y frutas tropicales.

ECOTOP S.R.L. es una firma consultora que presta servicios en temas de desarrollo rural, con especial énfasis en agricultura sostenible en base a la dinámica natural del ecosistema. El objetivo de Ecotop es promover la agricultura y la agro-forestería en las regiones del trópico, considerando la seguridad alimentaria, biodiversidad y resiliencia de los impactos que origina el cambio climático. Cuenta con infraestructura propia en la zona húmeda del trópico boliviano (Alto Beni) para la realización de cursos y seminarios con plantaciones agroforestales (cacao, plátano, cítricos, piña, maderas nobles y otros).

El Municipio de Alto Beni es receptor de varios programas de cacao y café de FONADAL.

La represa de El Bala

Según Geodata, en el Chepite, la primera parte inundada se ubica en pleno cañón y no ocupa mucha área, pero sale de la serranía del Chepite y se expande. Ocupa toda la parte baja del río Kendeque y parte del valle de río Beni en un área muy extensa, en la confluencia del río Kaka y del río Alto Beni, que juntos forman el río Beni. Primero el embalse se extiende en un área extensa por el río Kaka, casi hasta llegar a la confluencia con el río Coroico. Por el lado del Alto Beni se mueve hasta la confluencia con el río Inicua y continúa más arriba por el Alto Beni, llega hasta el puente Sapecho, -el puente de la carretera actual-, y sigue un poco más arriba sin llegar a tocar Sapecho, población ubicada a un poco más arriba de los 400 msnm.

Pero según Jorge Molina, el área de inundación detallada por Geodata, no considera la curva de remanso. Supone que el embalse es un lago completamente horizontal, lo cuál no es cierto de acuerdo a la Física. El investigador señala que el agua evidentemente se mantiene casi horizontal en las cercanías de las represas pero más arriba su nivel no es horizontal. Esto es lo que se denomina efecto remanso: la sobreelevación del agua con respecto al nivel natural por efecto de una represa. ¿Hasta dónde se extiende el embalse? Se debe considerar que el embalse se extiende hasta donde termina el efecto de la curva de remanso. En consecuencia, -concluye-, se puede esperar que el nivel real de inundación en la parte de arriba del embalse esté varios metros por encima de la cota 400. ¿Cuántos? Al parecer Geodata no ha hecho los estudios porque ni menciona el efecto remanso.

Los investigadores del IHH-UMSA Jorge Molina y Daniel Espinoza hicieron una modelización hasta el nivel 420 msnm, hallaron un aumento notable de nivel. Ellos encontraron que Sapecho y un área productiva mucho más extensa del valle del Alto Beni quedarían completamente bajo el agua. Asimismo determinaron que por el río Kaka la inundación se extiende no solamente hasta más allá del río Coroico sino hasta los ríos Guanay y Tipuani.

Deposición de sedimentos en el embalse

Otro problema enfatizado por los investigadores del IHH son los sedimentos. El río Beni es el principal aportador de sedimentos de la cuenca del río Madera. En el Angosto del Bala, el río Beni transporta en promedio entre 192 y 212 millones de toneladas por año de sedimentos en suspensión (Vauchel, 2016). A eso hay que añadir el transporte de fondo, estimado por Barragán (AÑO) en 7% del sedimento en suspensión.

Por las características geomorfológicas de su cuenca, el río Quiquibey aportaría poco sedimento y el río Tuichi un valor que no debe exceder el promedio de la cuenca hasta el Angosto. En base a ello realizaron un cálculo inicial considerando un transporte total anual del orden de 200 millones de toneladas/año en el sitio de la represa (Beu). La pregunta que se hicieron es: ¿Cuánto de ese sedimento se depositará en el embalse y en cuanto tiempo estará lleno?, considerando que 200 millones de toneladas año, es una cantidad muy grande.

Explicando el comportamiento conocido y modelado de los sedimentos con una represa, indicaron que la deposición empieza en la cola (extremo superior) del embalse, es decir, en el caso presente, en las cercanías de Sapecho, lo que aumentará los riesgos de inundación en esta zona. La deposición empieza con los sedimentos más gruesos y luego esto va avanzando poco a poco hacia el nivel de abajo. Con los datos conocidos procedieron al cálculo de la deposición de sedimentos:

  • Caudal medio del río en Angosto del Bala 1967-2013: 2000 m3/s (Molina e tal, 2016). Q=1600 m3/s en el angosto de Chepete. (ficha ambiental)
  • Volumen del embalse 31400 hm3 (ficha ambiental)

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Usando la curva media de Brune y las características del sedimento descritas por Barragán (1990), estimaron que el embalse se colmatará de sedimentos en un tiempo de 200 años y su capacidad quedará reducida a la mitad en 95-100 años. Como referencia, la eficiencia de retención de sedimento es de al menos 97% en los primeros años, debido al gran volumen del embalse. Este se convertirá en un verdadero “atrapador” de sedimentos, casi todo lo que entre se va a quedar allí. Adicionalmente esto implica que aguas abajo de la represa el río se convertirá en un río de aguas claras.

Tiempo de retención del agua en el embalse y calidad de aguas

Un problema adicional mostrado por los investigadores se refiere al tiempo de retención del agua en el embalse, calculado en 7.5 meses en promedio, resultado de dividir el volumen entre el caudal. Este periodo de retención da lugar a un gran deterioro de su calidad y grandes riesgos de eutroficación, con los consiguientes impactos asociados, que es necesario analizar detalladamente. “El ecosistema acuático pasaría de lótico a léntico (lacustre) con todo el efecto que esto implica para el plancton, los macro invertebrados, y por ende en la cadena trófica del sistema” (Ficha ambiental, Geodata, 2016).

 

Y, ¿aguas abajo?

Con la represa el régimen hidrológico del río cambiará completamente: se eliminará el pulso anual o al menos se lo modificará mucho. Eso significa modificar el sistema fluvio-morfológico (relacionado al transporte y deposición de sedimentos en la llanura aluvial) y todos los ecosistemas dependientes o asociados.

Hidrogramas espinoza-et-al

Jorge Molina mostró los hidrogramas anuales de todos los años, que reflejan su variación mensual, especificando que cuentan con datos desde el 73 hasta el 2014. En ellos se puede ver con claridad la línea azul de la crecida histórica del 2013-2014, la más alta en que el río llegó a 25000 m3 por segundo. La línea negra muestra los valores medios.

El investigador remarcó el comportamiento de los ríos de Bolivia: hay un pulso, el agua sube y luego baja y todos los ecosistemas asociados dependen de ese pulso hidrológico. Con el embalse ese pulso se convierte en una línea recta, es decir un caudal regulado, lo cuál de todos modos no es tan real dado que una crecida con periodo de retorno de 10000 años -que es con la que han diseñado-, será imposible eliminar cierto pico de la curva.

 

Impactos negativos aguas abajo

Molina señala además que el flujo aguas abajo estaría casi libre de sedimentos, convirtiendo el río Beni de pronto en un río de aguas claras, lo que tendría muchos efectos negativos, entre los que menciona:

  • “Erosión del cauce, erosión en un tramo largo aguas abajo del Chepete y probablemente de Rurrenabaque. El río empieza a excavar su propio cauce y todo baja, el cauce baja, el nivel del agua baja y todo se empieza a erosionar.
  • El descenso de los niveles freáticos, que obviamente están controlados por el río, que es el punto más bajo. Los niveles freáticos son el agua subterránea que está más arriba en la tierra, en terreno natural y bajaría. Creemos que gran parte de los bosques ribereños dependen de esos niveles freáticos, así que esto probablemente significa la sentencia de muerte para todos el bosque de galería.
  • Ya no llegaría el sedimento a la llanura de inundación del río Beni, aguas debajo de Rurrenabaque, que es vital para el ciclo natural del ecosistema asociado. Todos los ecosistemas dependen de ese ciclo natural.
  • Se produciría el cambio fluviomorfológico de un río meándrico a un río…, -he puesto puntos suspensivos porque todavía no hemos hecho los estudios.
  • El río Beni es el principal aportante de sedimentos de toda la cuenca del río Madera por lo que el efecto de retenerlo se sentiría cientos sino son miles de Km aguas abajo.”

El camino de acceso y sus potenciales impactos

Un tema extra, destaca el investigador, es el camino de acceso. Se trata de un camino de 156 km que empieza en la margen derecha del río Beni y aguas abajo del puente Sapecho, luego va por la parte derecha, cruza la serranía del Beu y luego baja ese tramo hacia el lado del Chepete. Con fuertes subidas, solo la primera parte tiene un perfil suave ondulado y lo demás es simplemente muy difícil. Como lo señala la ficha ambiental. “El último tramo entre las serranías Beu y Chepete (3 Km) se desarrolla en condiciones muy difíciles. Los últimos 3 km son de una complejidad extrema”. Molina remarca que los impactos ambientales del camino serían de la misma magnitud que la presa y el embalse. Además la obra se desarrolla en su mayor parte dentro del Área protegida y es la obra inicial que determinará en gran medida los costos finales del proyecto.

Viabilidad económica

Uno de los aspectos más cuestionados del proyecto es la viabilidad económica. Jorge Molina recuerda que los estudios de identificación se refieren a Brasil como único mercado posible. Por lo que procede a dividir los ingresos estimados (1250 millones USD/año según el presidente Morales) entre la energía media (15471 GWh/año) obteniendo un valor de 81 dólares MWh, más del doble del precio al que las represas brasileñas de Jiraú y Santo Antonio venden al mercado brasileño, por lo que sostiene que a ese precio la energía de las represas de El Bala no las compra nadie y mucho menos Brasil. Se refiere también a Cachuela Esperanza cuyos estudios a diseño final se mantienen en “el congelador” porque los precios a generar eran más altos que el que Brasil genera en su propio territorio.

Finalmente se refirió a la transmisión y sus altos costos, ya que una línea del tamaño requerido por el proyecto cuesta más de 1000000 de dólares el Km. Dado que la represa se ubica en el corazón de Bolivia, llevar la energía a Brasil significaría o 1200 Km hasta Corumbá o 700 Km hacia el Norte, hasta Jiraú. Los estudios de identificación no mencionan si el costo de la transmisión ha sido considerado en el precio de la energía, lo cual permite concluir que este costo ha sido omitido.

Finalmente, el investigador formuló varias preguntas:

  • “¿Por qué invertir tanto dinero en un proyecto qué tardaría mucho y no responde a la necesidad energética del país? Estamos hablando más de 7 mil millones de dólares solamente en Chepete, lo que muestra un proyecto cuya viabilidad es al menos tan dudosa como Cachuela Esperanza.
  • Cuál es el marco de planificación que permite a ENDE y al Ministerio priorizar unos proyectos hidroenergéticos sobre otros? ¿Cómo se define la prioridad de los megaproyectos? ¿Hay un análisis de alternativas? No me refiero a si colocamos el Bala o el Chepete sino si no podemos generar esa misma energía de otra forma con proyectos más pequeños. ¿Por qué priorizar El Bala sobre otros proyectos hidroenergéticos en la misma cuenca del río Beni que es la de mayor potencial del país?

Recordamos que la mayor parte de la energía consumida por La Paz proviene de la hidroelectricidad generada en esa cuenca, mediante sistemas (Zongo, Taquesi, Miguillas) que han sido reconocidos internacionalmente por su eficiencia, bajo impacto ambiental y tamaño adecuado a las necesidades del país.

  • ¿Por qué no transparentar la toma de decisiones abrirse al debate, basarse en sólidos reportes técnicos, en último término cumplir lo que dice la Constitución y las leyes?

La pregunta final:

  • ¿Podrá el país y la gestión de gobierno asumir el enorme impacto económico, ambiental, social y político un supondrá un proyecto como el Bala, mal concebido y planificado?”.

Matriz energética y proyección de la demanda

Un diagnóstico de Gas Energy del 2013 muestra el siguiente gráfico:

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Es decir, la empresa consultora pronosticaba el inicio del déficit de oferta de gas para el 2017. El 29 de octubre de 2016 fue conocida la noticia de que ENARSA de Argentina emitió una millonaria sanción de 2.1 millones de dólares a YPFB-Bolivia por incumplimiento del contrato bilateral de suministro de gas desde mayo del 2016 que estaría fluctuando alrededor de 14 MMm3día. El contrato estipula que a partir de mayo del 2016 los envíos deberían alcanzar un mínimo de 19.9 MMm3 día y posteriormente hasta 27 MMm3 día. El incumplimiento fue justificado por el gobierno boliviano por el incremento interno de la demanda de gas que habría alcanzado en octubre a 15.17 MMm3 día el 2016, por lo que, dando cumplimiento a la Constitución Política del Estado, habrían priorizado el mercado interno.

A su vez un informe de YPFB del 2015 da cuenta que más del 43.47% del consumo interno de gas se destinaba a la generación eléctrica durante el primer semestre del 2015, cuando este alcanzaba a 10.22 MMm3.

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Será que con un proyecto tan incomprensiblemente falto de racionalidad económica, ambiental y social como es la propuesta El Bala de Geodata, las autoridades de ENDE están buscando modificar las condiciones de negociación del contrato de venta de gas a Brasil, que vence el 2019 cuya próxima fecha de reunión es el 21 de noviembre? ¿Pretenden acaso sugerir que con el Bala liberarían entre 7-9 MMm3d, -es decir la energía eléctrica generada en base a gas, que alcanza al 63% de la energía total consumida-, para vender a Brasil y cumplir el contrato con Argentina? ?¿No sería más rápido avanzar con pequeñas centrales menos costosas y con bajos impactos ambientales eliminando además los egresos en importación de diesel para los sistemas aislados, que implican doble subvención?

Es reiterativo escuchar en los eventos de energía que el precio interno del gas desincentiva los proyectos hidroeléctricos. Pero los costos de la energía en Jiraú y Santo Antonio en Brasil, que están alrededor de $US. 40-45 por MWhora, es decir, la mitad de lo que costaría la energía de El Bala tampoco significan incentivo alguno. ¿Acaso se piensa subvencionar el costo de la energía de El Bala?

He aquí los dilemas de la apuesta extractivista o del extractivismo para sustentar el poder. Hay demasiadas interrogantes sobre la mesa que ni el Ministro ni los consultores de Geodata se animan a abordar. En todo caso inundar territorios altamente productivos, organizados territorialmente para la producción y que conforman la principal zona ecológica del país no parece ser un asunto que pueda ser abordado minimizando la conflictividad a través de fondos y relocalización.

Referencias:

  •  Molina, J. y Espinoza, D. (2016). Presentación Seminario IRD-UMSA
  • Gas Energy. 2013. Diagnóstico del Sector Hidrocarburos de Bolivia con Foco en la Exploración y Propuesta para su Desarrollo.
  • Victor Romero Morales. Ilusiones y decepciones en los inicios de una experiencia de colonización en Bolivia: historia oral de la colonización andina del Alto Beni.
  • Robert Wallace. (2013). Metodología de conservación a nivel paisaje en el gran paisaje transfronterizo Madidi-Tambopata de Bolivia y Perú en Sandoval et al Memorias del Simposio Internacional: Zonas críticas de Gobernanza de la tierra a escalas Múltiples. Instituto de Investigaciones Geográficas. UMSA. La Paz.
  • Kristina Von Stosch. 2009. Pueblos Indígenas, tierra y territorio en Alto Beni. La Paz. http://www.ftierra.org/index.php?option=com_mtree&task=att_download&link_id=52&cf_id=47
  • http://www.comerciojustobolivia.org.bo/el-ceibo/
  • Programa Nacional de intervención del rubro Cacao – Programa de Apoyo Presupuestario Sectorial II – PAPS II. http://www.fonadal.gob.bo/doc/programas/prog_cacao.pdf
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