Estas frutas amazónicas tienen un alto contenido alimenticio de fibras, proteínas y aceites que son una alternativa económica para el desarrollo local. Estas palmeras se las encuentran en diferentes lugares de la amazonia boliviana, especialmente en el norte amazónico.

La pulpa de estos frutos se consume en jugos, refrescos, helados y cremas en la región amazónica de Bolivia y de forma paulatina está entrando en el consumo de los mercados locales por ser productos exóticos, nutritivos, naturales y saludables para el consumo humano especialmente para los deportistas.

En el país no existen políticas serias para desarrollar e industrializar la potencialidad de estas frutas provenientes de palmeras en la amazonia y que podría contribuir en la seguridad alimentaria, en la soberanía alimentaria y en la construcción de una alternativa económica sustentable que preserve al medio ambiente.

El Asaí por su contenido nutritivo tiene un impacto benéfico para la alimentación infantil y escolar porque combate la anemia y la desnutrición. Otros componentes son ácidos oleicos, proteínas, minerales como el calcio,  fierro, magnesio y potasio; además contiene omega 3, 6 y b 9.

Existen estudios que certifican que el Asaí tienen propiedades medicinales, anti carcinogénicas, antiinflamatorias y antimicrobianas previniendo la oxidación de proteínas de baja densidad (LDL), enfermedades cardiovasculares y dolencias neurológicas. (Kuskoski et al. 2002; Alasalvar et al., 2005).

El majo es considerado como una fuente de proteína de muy alto valor, comparable con la carne o con la leche. La bebida preparada con la pulpa aplastada en agua tiene un alto valor nutritivo, proteínico  y energético.

Los frutos del Majo y la Palma Real, de igual manera, tienen un alto contenido nutricional según el conocimiento y experiencia tradicional de los pueblos amazónicos que lo consumen. Aun no existen estudios conocidos sobre las propiedades de estos productos por lo cual se hace necesario realizarlos a través de entidades como el INIAF (instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal) o a través de las Universidades Amazónicas.

Cada región tiene la particularidad de tener una preferencia por un fruto diferente. En Riberalta y en toda el área rural amazónica tienen preferencia por el jugo de Majo más conocida como leche de Majo.

En Cobija, la preferencia es el jugo de Asaí, quizá por la influencia del Brasil donde su consumo y propaganda es extendida.

Ya la Palma Real es poco conocida y consumida en nuestro país. Sin embargo, en la región amazónica de Madre de Dios del Perú es ampliamente extraída y utilizada en forma de refrescos, chichas, jugos, helados, cremas, vinos, etc. Hace falta incentivar y promocionar su extracción y consumo en nuestro país porque existen millones de árboles de palma real en los bajíos alrededor de los ríos y curichis amazónicos.

La extracción de aceite vegetal es otro componente de estos productos palmáceos. El aceite de Asaí nutricionalmente, es adecuado para el consumo alimentario. Los estudios realizados en Universidades del Brasil certifican que el Asaí tiene  una composición rica en ácidos grasos mono insaturados.

El aceite de majo es muy similar al aceite de oliva, por lo que se considera que lo puede reemplazar fácilmente. Tiene entre 77 y 82 % de ácidos grasos no saturados y 2 a 4 % de ácidos grasos saturados.

El aceite de Palma Real  es un producto muy conocido en la cosmética natural y es utilizado en la elaboración de jabones y cremas. Por su alto contenido de beta caroteno es excelente para cremas destinado al cuidado de la piel, actua como filtro solar y fuente de vitamina A.

Existe la tecnología de Liofilización que consiste en convertir las pulpas de frutas en polvo con el objeto de mejorar sus condiciones de conservación sin perder sus propiedades nutricionales, lo cual lo convierte en una excelente alternativa. Esta tecnología está siendo desarrollada en Brasil y en Santa Cruz de la Sierra con el producto del Asaí.  Es importante transferir esta tecnología hacia la región amazónica para conservar por más tiempo las frutas de la región.

Hace falta pues priorizar los complejos productivos de estos frutos amazónicos, incentivando su producción e incorporando tecnologías apropiadas en todo el proceso de recolección, transporte, transformación, empaque y comercialización, especialmente para el consumo local en la lógica del consumo responsable y en el marco de la soberanía alimentaria.

Las políticas públicas del Estado Plurinacional deben  enfocarse en las potencialidades y en la vocación de la biodiversidad en la Amazonía. Es necesario superar una política agrarista en el sentido de destrucción de los bosques para agricultura y ganadería. Hasta ahora ninguno de los tres niveles del Estado ha aplicado un plan o programa serio y duradero de gestión forestal y agroforestal. El plan  más serio en esta materia lo venía desarrollando el programa SUSTENTAR,  sin embargo por causa del centralismo y por intromisión de dirigentes sectaristas cerraron el programa y lo sustituyeron por un proyecto de reforestación asistencialista que es un fracaso total.

Por otra parte, es necesario detener la tragedia de la destrucción palmitera en la Amazonía. Según los datos oficiales registrados, en un solo año, en 1997 se extrajeron más de 7 millones de palmitos provenientes de la palmera de Asaí. Es imposible imaginar lo que se ha destruido desde 1997 hasta el 2013 y no hemos podido obtener datos de ninguna institución competente al respecto.

Para reponer esta destrucción palmitera del Asaí es necesario impulsar un programa serio de reforestación de millones de nuevas plantas diseminadas en todo el bosque de la Amazonía y también en plantaciones racionales. Pero además es imprescindible la elaboración de una norma, de una ley en la cual se establezca la prohibición de la tala del Asaí, del Majo y de la Palma Real.

Un tallo de palmito vale entre 3 y 4 bolivianos por unidad pero el árbol es talado y muere para siempre. Sin embargo sí aprovechamos el fruto una lata (tamaño estándar 30 cm de ancho por 50 de alto) cuesta 40 bolivianos y la planta permanece intacta, produce 2 veces al año durante 20 años. La explotación del palmito de Asaí silvestre (Euterpe Precatoria) aun se viene realizando pese a que el costo del fruto es mayor y no es necesario la tala del árbol

La prohibición se justifica por dos razones. La primera porque no se puede destruir a los árboles que son parte del sustento y de la alimentación de miles de indígenas y campesinos que se alimentan de estos frutos. Y la segunda porque adicionalmente se constituyen en una alternativa económica sustentable diferente a las políticas agraristas que destruyen el bosque.

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