Críticas de Colectivos Sociales Brasileños a Impactos Socioambientales Asociados a Proyectos Financiados por el BNDES

El objetivo de este artículo es presentar los resultados de una investigación exploratoria sobre conflictos socioambientales que involucran directamente al BNDES, con foco en las categorías: poblaciones afectadas; impacto ambiental y daños a la salud. Las informaciones fueron obtenidas en los bancos de datos del Mapa de la Injusticia Ambiental y Salud en Brasil y de la Plataforma BNDES.

Mediante el trazado de este perfil, se espera estar contribuyendo al debate sobre el rol de las organizaciones de la banca pública como instrumentos al servicio de un modelo económico ecológicamente sostenible más justo e inclusivo en América Latina.

Introducción

La primera década del Siglo XXI ha encontrado buena parte de Sudamérica inmersa en la realización de un proyecto político transformador de sus viejas estructuras históricas, orientado a la integración económica regional y al respeto de las identidades culturales de sus pueblos. En este marco, y a pesar de las dificultades y de las contradicciones, varios movimientos populares sudamericanos han encontrando mejores condiciones políticas para ir reemplazando paulatinamente la economía de enclave colonial – tradicionalmente explotadora del trabajo y depredadora de la naturaleza – por un modelo de desarrollo humano y de crecimiento económico más ecológico, socialmente más justo y geopolíticamente más soberano.

En esta coyuntura, se abren los debaten en relación a cuáles serían los mejores caminos que conduzcan a un modelo económico que permita armonizar los avances de la tecnología y el crecimiento del valor agregado con una distribución más justa e inclusiva de la riqueza; y que sea, al mismo tiempo, más saludable para las comunidades y ecológicamente más sostenible.

En nombre de la libertad de mercado, históricamente, los avances de la economía social latinoamericana han sido fuertemente combatidos por parte de los sectores beneficiados por la concentración económica y el privilegio. Por eso, la democratización del Estado, es decir, el acceso efectivo del pueblo a los procesos decisorios, adquiere un rol crucial en la construcción de las herramientas políticas que permitan alcanzar los objetivos trazados. Una de esas herramientas – de singular relevancia – es la institución bancaria dedicada a transferir sistemáticamente parte del ahorro nacional al financiamiento del desarrollo planificado de la economía. Un banco de este tipo debería fomentar actividades económicas estratégicas, calificando y modernizando la infraestructura y las capacidades productivas nacionales.

Sectores progresistas de la región coinciden que, en principio, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil es un buen ejemplo de este tipo de instrumento. Se lo considera el principal agente estatal de promoción del desarrollo económico de Brasil, país continental que en las últimas décadas ha avanzado en el ranking de las economías de mayor volumen del planeta. De hecho, el modelo del BNDES está presente, prácticamente desde el inicio, de los debates sobre la construcción de un Banco del Sur que plasme, en lo financiero, los avances de integración política y de cooperación económica entre las naciones sudamericanas (DELLATORRE, 2006).

El BNDE fue establecido por iniciativa del Presidente Getúlio Vargas, el 20 de junio de 1952, como una agencia gubernamental destinada a desarrollar y llevar a cabo las políticas nacionales de desarrollo económico. En 1971, se convirtió en una empresa estatal de derecho privado, que se tradujo en una mayor flexibilidad para la captación y aplicación de recursos. En los años 70, el Banco fue pieza fundamental en la política brasileña de substitución de importaciones, lo que condujo a la formación del más completo parque industrial de América Latina.

En la década de 1980, cuestiones sociales fueron introducidas a la política de desarrollo económico y esto se reflejó en el propio nombre del Banco, que, en 1982, pasó a llamarse Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social – BNDES. Por esos años, el Banco incentivó las empresas brasileñas a competir con los productos importados en el mercado interno, tal como pasó a estimular las exportaciones.

En los años 1990, fue el órgano responsable por el soporte administrativo, financiero y técnico del Programa Nacional de Desestatización, de privatización de grandes empresas estatales brasileñas. En 2009, el Banco inauguró su oficina en América del Sur (Montevideo) y una nueva filial en Europa (Londres), con el propósito de buscar nuevas alternativas para el desarrollo en un mundo globalizado e interconectado (BRASIL, 2011a).

Tanto dentro como fuera de Brasil, existe un fuerte consenso en considerar que el BNDES es el principal agente estatal del crecimiento económico brasileño, desempeñando un papel clave en el fomento de la expansión de la industria y la infraestructura del país, dando apoyo a la exportación, al crecimiento sostenido y a la modernización de la producción. No obstante, esas percepciones positivas, algunas de las iniciativas del BNDES han despertado fuertes críticas por parte de sectores académicos y de movimientos sociales afectados por las consecuencias socioambientales de las mismas, tanto en Brasil como en países vecinos en que los financiamientos cuestionados son ejecutados.

En general, las áreas de actuación más cuestionadas son: construcción de centrales hidroeléctricas, monocultivos (como soja, azúcar y eucalipto), industria de la celulosa, agrocobustibles (como etanol y biodiesel), pecuaria extensiva, minería, siderurgia e infraestructura (termoeléctricas, ductos, puertos, entre otros). Según la Organización No Gubernamental (ONG) Plataforma BNDES, hay cinco áreas que, en su conjunto, representan emblemáticamente los rumbos que el modelo económico brasileño ha tomado con la ayuda de los créditos del BNDES: Etanol, Hidroeléctricsa, Papel y Celulosa, Infra-estructura Social (saneamiento) e Integración Regional (PLATAFORMA BNDES, 2011a).

El objetivo de este trabajo es trazar un perfil de conflictos socioambientales que enfrentan al BNDES con movimientos populares brasileños críticos de proyectos defendidos por el banco. Con esto, se espera traer elementos que contribuyan a fortalecer el debate sobre los instrumentos públicos de financiamiento del crecimiento económico en la región y su papel en la promoción (o no) de un modelo de crecimiento económico más justo, sostenible e inclusivo.

Recursos metodológicos

A continuación, se presentan los resultados de una investigación exploratoria cualitativa con foco en tres categorías: (a) poblaciones afectadas; (b) impacto ambiental; y (c) daños a la salud. Todas asociadas a proyectos que recibieron o reciben financiamientos del BNDES, y que han sido cuestionados por movimientos populares. Las informaciones georeferenciadas fueron obtenidas en octubre de 2011 por medio de una búsqueda sistemática en la base de datos del Mapa de la Injusticia Ambiental y Salud en Brasil (http://www.conflitoambiental.icict.fiocruz.br), utilizando la palabra clave “BNDES”.

El Mapa de los conflictos involucrando injusticia ambiental y salud en Brasil es el resultado de un proyecto llevado a cabo por la Fundación Oswaldo Cruz (FIOCRUZ) y la organización civil FASE (Federación de órganos para asistencia social y educacional), con apoyo del Departamento de Salud Ambiental y Salud del Trabajador del Ministerio de la Salud de Brasil. Su principal objetivo es, a partir de un mapeo inicial, apoyar la lucha de innumerables colectivos sociales afectados en sus territorios por proyectos y políticas basadas en una visión de desarrollo económico consideradas ambientalmente insostenibles y perjudiciales a la salud por los grupos que las sufren o que se sienten sensibilizados con esas problemáticas (FIOCRUZ e FASE, 2009).

Se obtuvieron informaciones complementarias en la web del propio banco (http://www.bndes.gov.br) y de la ONG Plataforma BNDES (http://www.plataformabndes.org.br/)

Plataforma BNDES es una red constituida por un amplio frente de organizaciones y movimientos sociales brasileños tendiente a la democratización del BNDES. Desde 2007, esta iniciativa viene elaborando diagnósticos sobre la actuación del banco y generando propuestas de reorientación de los financiamientos para que el crecimiento económico del país atienda – por vía del desarrollo social – las demandas históricas del pueblo brasileño. De acuerdo con su documento fundacional: “O objetivo é introduzir nesse debate os pontos de vista que nossas organizações defendem e que, regra geral, visam ao aprofundamento da democracia, em diferentes dimensões” (PLATAFORMA BNDES, 2011b). Su estrategia de acciones está basada en la negociación directa con la presidencia de la institución, en la producción y divulgación de informaciones y en el apoyo a la acción de colectivos sociales impactados directa o indirectamente por los financiamientos del banco. Entre otros instrumentos, Plataforma BNDES desarrolló un “Mapa interactivo de proyectos apoyados por el BNDES” (http://www.plataformabndes.org.br/mapas/), el cual brinda información georeferenciada de las actividades financiadas por el banco.

Resultados

La Tabla 1 (anexo) muestra los 30 resultados obtenidos en una búsqueda utilizando el término “BNDES” en la entrada por palabra clave al banco de datos del Mapa de la injusticia ambiental y salud en Brasil (http://www.conflitoambiental.icict.fiocruz.br/index.php?pag=selecao). Los conflictos encontrados por medio de este procedimiento se ubican en 14 de las 27 unidades federales del país (26 estados y Distrito Federal), afectando un total de 123 municipios en todas las 5 regiones geográficas del país. De acuerdo con estos resultados, el Sudeste de Brasil concentra el mayor número de conflictos (13 de 30) y de municipios afectados (64 de 123). Esta distribución geográfica puede apreciarse en el mapa de la Figura 1.

El Cuadro 1 permite concluir que el tipo de actividad financiada por el BNDES en conflicto con colectivos sociales brasileños varía en dependencia con el territorio y, de la misma manera, también varían las características de las poblaciones afectadas. Con todo, es posible identificar un perfil de los sectores de la economía asociados a los emprendimientos más conflictivos.

Entre los conflictos socioambientales localizados se destacan los que involucran monocultivo de eucaliptos (para la industria de celulosa y papel y también para energía); la construcción de centrales hidroeléctricas en diferentes ecosistemas del país; y la construcción de megaproyectos que combinan terminales portuarios de gran porte con centrales termoeléctricas, polos siderúrgicos y petroquímicos, los que a su vez se asocian con la expansión de la infraestructura (carreteras, ductos, tendido eléctrico, etc.).

En las áreas costeras del Noreste brasileño, se observan conflictos asociados a cambios de las formas de producción, pasando de la pesca y la marisquería artesanal a la producción industrial de camarones (carcinoculturas), asociado a fuertes impactos socioambientales. De modo similar, las características geográficas determinan que en el Centro-oeste del país, donde se está realizando la nueva expansión de la frontera agropecuaria, se destaquen conflictos derivados de la introducción del agronegocio. Esta última, es una práctica altamente insostenible desde el punto de vista ambiental, que desplaza formas tradicionales de producción en el campo, y junto con ellas, a las poblaciones que las utilizaban como medio de vida. El perfil cualitativo de las poblaciones vulnerables afectadas, de fuerte determinación histórico-territorial, muestra la fragilidad de los pueblos originarios, pequeños agricultores familiares y diversas culturas tradicionales brasileñas, en especial colectivos caiçaras quilombolas (Cuadro 1).

Las comunidades caiçaras habitan regiones costeras de Brasil. Originalmente formados por la mezcla de los pueblos originarios con colonizadores europeos y esclavos africanos, tienen un modo de vida tradicional basado en la pesca artesanal, agricultura familiar, extrativismo vegetal y artesanía. Las comunidades quilombolas son formadas por afro-descendientes que huyeron de la esclavitud y se asentaron en territorios liberados llamados quilombos.

La Tabla 2 cuantifica en forma relativa los impactos y riesgos ambientales notificados en los 30 conflictos localizados por medio de los procedimientos metodológicos aplicados en esta investigación. Por su parte, la Tabla 3 hace lo propio con las notificaciones de efectos y riesgos a la salud. A pesar de notificados en escala local, los impactos y riesgos ambientales tienen, en general, dimensiones territoriales y podrían comprometer seriamente la integridad y la resiliencia de los ecosistemas.

El efecto de estos impactos sobre el bienestar humano (el concepto más amplio de la salud) se traduce en pérdidas de calidad de vida y de la seguridad alimentaria, así como de una mayor prevalencia de enfermedades no transmisibles (como el cáncer) y transmisibles (en especial, malaria y leishmaniosis). No deben pasar desapercibidas las menciones al aumento de varias formas de violencia y la precarización de las condiciones de trabajo. En el caso de los agronegocios, más específicamente, en relación a los cañaverales para producción de etanol, el mapeo consultado en esta investigación registra varias denunciadas prácticas de trabajo esclavo, afectando principalmente trabajadores rurales migrantes.

Cabe destacar que el método utilizado en esta exploración presenta una fuerte limitación para la aplicación de un enfoque cuantitativo, y es el hecho que la busca con la palabra clave “BNDES” apenas localiza los conflictos en que la fuente de financiamiento ha sido explícitamente mencionada en el texto elaborado por el equipo que realizó el mapeo (con base en las narrativas de los movimientos sociales afectados).

Es decir, cabe la posibilidad de que el número de conflictos causados directa o indirectamente por financiamientos del banco sea mayor a los 30 aquí citados. Por ejemplo, el BNDES no sólo financia, sino que también es accionista de los grandes proyectos de celulosa y papel en Brasil, mayoritariamente dependientes del monocultivo de eucaliptos; y la búsqueda con la palabra clave “eucalipto” en la misma base de datos, localiza un total de 35 conflictos.

Discusión

El 29 de noviembre de 2009 se realizó en Rio de Janeiro, Brasil, el Primer Encuentro Sudamericano de Poblaciones Impactadas por Proyectos financiados por el BNDES. En esa ocasión, 56 organizaciones – pueblos originarios, quilombolas, campesinos, ribereños, pescadores, trabajadores hombres y mujeres de Brasil, Ecuador y Bolivia – rubricaron una carta dirigida a la sociedad brasileña, en la que expresaron sus argumentos críticos al modelo de desarrollo económico impulsado por el banco en los siguientes términos:

Somos, todas e todos, atingidos por estes projetos, sobre os quais nunca fomos consultados e que são apresentados para nós como empreendimentos que irão trazer progresso e desenvolvimento para o Brasil e para América do Sul. São projetos financiados pelo BNDES, Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social, voltados para o monocultivo de cana de açúcar e eucalipto, para a produção insustentável de carne, para a exploração de minério, para a construção de fábricas de celulose, usinas de produção de agroenergia, siderúrgicas, hidrelétricas e obras de infraestrutura, como portos, ferrovias, rodovias, gasodutos e mineriodutos. Estes têm afetado direta e profundamente nossas vidas, em especial das mulheres, nos expulsam das nossas terras, destroem e contaminam nossas riquezas, que são os rios, florestas, o ar e o mar, dos quais dependemos para viver, afetam nossa saúde e ampliam de forma permanente a exploração sobre os povos de nossos países (PLATAFORMA BNDES, 2009).

Por medio de la articulación política, colectivos sociales afectados por los financiamientos del BNDES exigen que el Banco adopte criterios socioambientales más transparentes, que no se restrinjan a la legislación ambiental ni al ambientalismo de mercado, incorporando criterios de equidad que respeten la diversidad tanto de los modos de vida como de producción tradicionales. También exigen al banco transparencia y acceso irrestricto a la información de los proyectos financiados. En simultáneo, exigen a los gobiernos que avancen en la demarcación de territorios de pueblos originarios y de culturas tradicionales, en el cumplimiento de tratados internacionales y en la plena garantía de los derechos humanos.

Por su parte, la articulación Plataforma BNDES plantea la contradicción dialéctica entre crecimiento económico y desarrollo: el primero se relaciona apenas con el aumento cuantitativo de las riquezas producidas, mientras que el último es un concepto más amplio, inserto en la dimensión cualitativa de la economía. Se alcanza el desarrollo cuando se construyen y consolidan modelos eficaces y eficientes de producción evaluados no a corto plazo y con criterios economicistas, sino con criterios sociales y ambientales a plazos más largos. El crecimiento de la economía cuando no está acompañado de desarrollo no permite la construcción de una sociedad más democrática, libre, fraterna e igualitaria; apenas permite que unos pocos acumulen riquezas y privilegios en un contexto de marginación, expulsión y criminalización de sectores populares.

En este momento histórico para los pueblos sudamericanos, cabe reflexionar sobre las lecciones aprendidas en procesos históricos y en las luchas de los movimientos populares que cuestionan las políticas “no sociales” del BNDES brasileño.

Un proyecto económico justo e incluyente solamente se conseguirá por medio de un amplio debate social, haciendo un gran esfuerzo participativo para develar el manto que cubre sectores de las sociedades latinoamericanas que hasta hoy permanecen invisibles. Todavía, a la hora de elaborar instrumentos económicos estatales como son los bancos de desarrollo y al tomar decisiones sobre su política de financiamientos, es necesario darle voz también a los colectivos sociales tradicionales, tradicionalmente excluidos y criminalizados por los sectores del privilegio.

Para esas poblaciones, la ciudadanía socioambiental es indistinguible de la ciudadanía política. Tal vez, la única demanda ciudadana que pueblos originarios y culturas tradicionales le plantean al estado moderno sean las garantías para poder permanecer y prosperar con sus economías solidarias en sus territorios de arraigo, disfrutando del bienestar que trae la democracia y el respeto por la diversidad cultural. Por todo lo antes expuesto, un banco de desarrollo económico y social, debería ser – antes que nada – un instrumento social para fortalecer el nuevo proyecto de sociedad que fraternalmente viene asomando al desde algunos países al Sur del planeta.

Referencias

BRASIL. Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES). História. Disponible en: http://www.bndes.gov.br/SiteBNDES/bndes/bndes_es/Institucional/BNDES/historia.html. 2011a Acceso en 15 de octubre de 2011.

DELLATORRE, R. Manual para construir un banco. Página 12. Jueves, 20 de julio de 2006. Disponible en: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-70202-2006-07-20.html Acceso en 15 de octubre de 2011.

FIOCRUZ; FASE. Mapa da Injustiça Ambiental e Saúde no Brasil. 2009. Disponible en: http://www.conflitoambiental.icict.fiocruz.br/index.php. Acceso en 15 de octubre de 2011.

PLATAFORMA BNDES. Plataforma BNDES. 2007. Disponible en: http://www.plataformabndes.org.br/documento_plataforma.pdf. Acceso en 15 de octubre de 2011.

PLATAFORMA BNDES. Carta dos Atingidos pelo BNDES. 2009. Disponible en: http://www.plataformabndes.org.br/index.php/pt/analises-do-desenvolvimento/45-principal/499-carta-dos-atingidos-pelo-bndes-?format=pdf. Acceso en 15 de octubre de 2011.

PLATAFORMA BNDES. Quem somos. 2011. Disponible en: http://www.plataformabndes.org.br/site/index.php/quem-somos. Acceso en 15 de octubre de 2011.

Schütz es professor adjunto del área de Salud Ambiental de kis Trabajadores del Instituto de Estudios en Salud Colectiva (IESC) de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). De Souza Porto es investigador en salud pública del Centro de Estudios de Salud del Trabajo y Ecología Humana (CESTEH) de la Escuela Nacional de Salud Pública Sergio Arouca, Fundación Oswaldo Cruz (ENSP/ Fiocruz). Fuente: REBELA – Revista Brasileira de Estudos Latino-Americanos / http://www.sudamericarural.org/index.php?nw=130&mc=45&d=Biblioteca&cod=204&iu=1899

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