El consumo diario de frutas y vegetales disminuye la mortalidad por enfermedad isquémica del corazón, revela un estudio de la Unidad de Epidemiología del Cáncer de la Universidad de Oxford que examinó a unas 300 mil personas durante casi nueve años.

La investigación analizó los hábitos alimentarios, la actividad física y factores de riesgo cardiovascular, entre ellos, tabaquismo, hipertensión y diabetes, y concluyó que mientras la dieta sea más rica en frutas y verduras, menor es la mortalidad por un infarto de miocardio.

Los habitantes de los países mediterráneos, entre ellos Italia, Grecia y España, lideran la lista de los más sanos, con una ingestión promedio de seis porciones diarias de frutas. Quienes comen frutas y vegetales son más altos y tienen mayor masa corporal, beben y fuman menos, realizan ejercicios y presentan una tensión arterial baja, corroboró la investigación, cuyos resultados fueron publicados en la revista European Heart Journal.

Investigaciones previas demostraron cómo los micronutrientes antioxidantes presentes en verduras y frutas reducen el riesgo de enfermedad cardiaca, al disminuir las posibilidades de sufrir aterosclerosis provocada por el daño oxidativo. Los antioxidantes son capaces de prevenir la oxidación, reacción que puede matar o dañar las células, por lo que desde hace tiempo los científicos estudian su potencial en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Científicos franceses confirmaron que el consumo de cócteles de frutas favorece la salud cardíaca. Ingerir una mezcla de uvas, grosellas negras y arándanos es bueno para el corazón porque relaja las paredes arteriales y porque dichos alimentos son ricos en polifenoles antioxidantes.

La guayaba, campeona de los antioxidantes

La guayaba posee propiedades antioxidantes mayores a las de todas las demás frutas, según un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones de Hyderabad de India.

En cada 100 gramos de guayabas hay casi 500 miligramos de sustancias antioxidantes, el triple de las existentes en uvas, manzanas, ciruelas, naranjas, granadas, papayas, piñas y otras frutas de reconocidos valores en la lucha del organismo contra los llamados radicales libres, causantes de daños celulares responsables de fenómenos como el envejecimiento.

En India la guayaba es considerada la fruta de los pobres, “pero debiera considerarse la fruta de las personas que gustan de alimentarse bien, porque es muy rica en fibras y un tesoro en términos de contenido de antioxidantes”, declaró al diario Telegraph el M. Sreeramulu, uno de los investigadores.

Los frutos secos también son beneficiosos para la salud, aunque las nueces son mejores porque contienen más compuestos antioxidantes y proteínas, aseguran investigadores de la Universidad de Scranton de Pensilvania, Estados Unidos.

Un puñado de nueces contiene dos veces más de antioxidantes polifenoles en comparación con otros también ricos en vitamina E, como los pistachos, las almendras, los cacahuates o maníes, los piñones, las pacanas, el anacardo o las macadamias.

Por otro lado, la pectina y los polifenoles de las manzanas ayudan a proteger la salud cardiovascular al reducir los niveles de colesterol malo, demostraron investigadores del Departamento de Ciencias de Nutrición, Alimentos y Ejercicio de la Universidad del Estado de Florida.

Tras evaluar a 160 mujeres de entre 45 y 65 años, la investigación corroboró que las mujeres que comieron a diario 75 gramos de manzana experimentaron grandes cambios a los seis meses, como por ejemplo una reducción de 23% en el colesterol LDL, lipoproteína de baja densidad o colesterol malo, así como un aumento del 4% en el colesterol HDL, destacó el autor principal del estudio Bahram Arjmandi.

Además, la ingesta diaria de una manzana sin pelar puede ayudar a reducir el desgaste muscular, afirmaron investigadores de la Universidad de Iowa en un artículo publicado por la revista Cell Metabolism.

La cáscara de la manzana contiene ácido ursólico, una sustancia que coadyuva a bloquear la disminución de la masa muscular. Al parecer, actúa sobre dos hormonas responsables del desarrollo muscular, uno es el factor de desarrollo insulínico tipo 1 (IGF-1) y la insulina.

Según al autor principal del estudio Christopher Adams, el ácido ursólico aumenta la actividad de esos receptores y la insulina mejorando sus efectos beneficiosos sobre el músculo, y disminuye la grasa, los niveles de glucosa, triglicéridos en la sangre y colesterol.

Otros alimentos que contienen ácido ursólico son la menta, la lavanda, el romero, el orégano, la albahaca, la ciruela pasa, el saúco y el arándano.

Se creía que los arándanos norteamericanos eran los más potentes por su alto contenido de antioxidantes, pero han sido superados por dos especies neotropicales procedentes de Latinoamérica, revelaron investigadores del Jardín Botánico de Nueva York y del Colegio Lehman del Bronx, en Estados Unidos.

Las especies de arándano azul Cavendishia grandifolia y Anthopterus wardiis son cuatro veces más ricas en antioxidantes que sus parientes norteamericanas, precisaron científicos en un artículo difundido por la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry.

Maravillas de la uva y el chocolate

Las uvas contienen un compuesto antioxidante denominado flavonoides, capaz de proteger la piel de los rayos ultravioletas de onda larga (UVA) y de onda media (UVB), informó la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry.

Se cree que los flavonoides inhiben la formación de especies reactivas de oxígeno (ERO) que incluyen los radicales libres y peróxidos, moléculas que pueden causar reacciones químicas en el ADN y en consecuencia daño o muerte celular, explicaron científicos de la Universidad de Barcelona y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC).

Los flavonoides, unos metabolitos secundarios contenidos en el cacao y en algunas frutas, el vino tinto, el té o algunas verduras, podrían inhibir la formación de radicales libres. Pruebas preliminares en laboratorio demostraron que el químico inhibe la producción de EROS en dos enzimas, JNK y p38MAPK, responsables del daño celular, precisó Marta Cascante, quien lideró el estudio por la Universidad de Barcelona.

Otro antioxidante presente en el chocolate denominado epicatechina provoca en el organismo efectos similares a los ejercicios físicos, al estimular el número de mitocondrias que generan la energía necesaria en las células, expusieron los autores de un estudio difundido por la Journal of Physiology.

Durante el ejercicio, el rendimiento de los músculos y esqueleto dependen en gran parte de cómo las células utilizan el oxígeno y otros nutrientes para generar energía. La epicatechina, que se encuentra en grandes cantidades en el cacao, produce la misma respuesta en el corazón y los músculos esqueléticos

En sus ensayos de la farmacología experimental en ratones, los investigadores comprobaron que los animales que comieron chocolate amargo presentaban un mayor número de vasos capilares en los músculos de las patas traseras y una mayor cantidad de mitocondria muscular.

Según el autor principal de la investigación Moh Malek, estos resultados sugieren que un tratamiento de epicatechina combinado con ejercicio podría ser una herramienta viable para retrasar el envejecimiento muscular.

Ademas, se presume que las personas que consumen chocolate en abundancia tienen 37% menos riesgo de padecer infartos o enfermedades cardiovasculares, y 29% menos de probabilidades de sufrir apoplejías, aseguraron expertos de la Universidad de Cambridge en un artículo de la revista British Medical Journal.

Con información de Prensa Latina y Bolpress.

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