La Intangibilidad del TIPNIS

El planeta, en su estructura geográfica, definida por parámetros latitudinales, longitudinales y altitudinales, ha originado una serie de regiones con diferentes climas, que van de tropicales muy húmedos a secos y fríos, y que configuran diferentes ecosistemas. En el país, dentro de esta estructura, tenemos una variedad de formaciones ecológicas que se desarrollan desde las nieves eternas de las cordilleras hasta los ecosistemas tropicales húmedos de la amazonia, con la consiguiente composición geológica y biológica interactuando al interior de esas unidades ecológicas.

Un ecosistema, estructuralmente, está constituido por dos tipos de elementos, los abióticos sin vida: la tierra o substrato, la atmósfera, el agua de lagos, mares, ríos y el agua contenida en la atmósfera, y los elementos bióticos o vivos: plantas y animales, elementos interactuantes entre sí y en constante equilibrio y acondicionamiento dinámico.

El ecosistema, desde el punto de vista de su organización funcional, consta de un primer nivel, el más importante, que es el de los productores, los vegetales, organismos vivos provistos de clorofila, que por procesos fotosintéticos, capturan la energía del sol y juntamente con elementos químicos forman el tejido vegetal, origen de toda la estructura viva del planeta.

El segundo nivel lo constituyen los consumidores primarios, los herbívoros, organismos animales que se alimentan de tejido vegetal y transforman este tejido en tejido animal. El tercer nivel corresponde a los consumidores secundarios, los carnívoros, organismos animales que se alimentan de herbívoros, transformando este tejido en tejido animal carnívoro, ocupando en muchos casos el nivel de carnívoro final de la cadena de alimentación. Existe un nivel mixto que son los omnívoros, que se alimentan tanto de plantas como de animales, y otro nivel que consume los restos de animales que son los carroñeros, los llamados basureros de la naturaleza.

El poblador humano nativo original y natural de los ecosistemas, por sus características de cazador, pescador y recolector de frutos en una economía de subsistencia, se considera componente ancestral del ecosistema como integrante de los niveles de consumidores primarios y/o secundarios, por cuanto se han desarrollado en la estructura y funcionalidad del ecosistema desde tiempos antiguos aún no determinados.

El nivel final de la cadena de alimentación corresponde a los desintegradores o descomponedores, este nivel agrupa a hongos, bacterias y otros organismos que actúan sobre los residuos de materia orgánica, restos de plantas y animales y de ellos mismos, como su nombre lo indica, aprovechando los remanentes de energía para desintegrarlos y llevar estos componentes a sus formas solubles y ser otra vez aprovechados por los productores, las plantas, para reiniciar y reorganizar la cadena de alimentación en constante reciclaje.

Todos los niveles de funcionalidad que integran el tejido natural, que hace posible la pervivencia de la vida en el planeta, forman complejas cadenas de dependencia, principalmente alimentaria y de otras formas de cooperación, originando diferentes tipos de simbiosis, es decir de cooperación biológica, que han hecho y hacen posible la vida en este planeta, el tercero del Sistema Solar que también recibe los nombres de: Planeta Azul, Cibeles y también Gaia que últimamente se sostiene científicamente, que es un planeta vivo, al que en la actualidad, su componente biológico humano, está destruyendo, tal lo demuestra el calentamiento global sostenido que origina el cambio climático del mundo generado por la sobreexplotación y abuso de los recursos naturales, principalmente los hidrocarburos, los bosques, la tierra y las aguas.

Muchos ecosistemas en el mundo por sus características excepcionales de diversidad biológica, características geológicas, geográficas e históricas se han declarado e instituido como Parques Nacionales, para preservar los recursos contenidos para goce, disfrute y estudio tanto de las actuales como de las generaciones futuras. Los gobiernos nacionales y el sistema legal internacional establecen en estos casos la intangibilidad de esos ecosistemas, categoría que engloba a todos los componentes tanto estructurales como funcionales así como las interdependencias entre los componentes de los ecosistemas considerados en la categoría de Parques Nacionales.

En Bolivia, tanto la Constitución Política vigente, como el sistema jurídico establecido sobre esta temática, reconocen esa categoría e imponen su obediencia, por lo que el principio de intangibilidad protege toda la estructura y composición del Parque Nacional Isiboro Sécure por una parte y, por otra la Constitución Política del Estado también protege y garantiza el Territorio Indígena Originario campesino, situación que demanda la protección del TIPNIS por partida doble.

Por lo tanto, como consecuencia de lo sostenido y en obediencia a lo dispuesto por la Constitución Política del Estado, los elementos ajenos al TIPNIS: cocaleros, colonizadores narcotraficantes, madereros, gente no natural de esos territorios dedicada a actividades de explotación de recursos naturales, en cumplimiento de la Constitución y del ordenamiento jurídico del país, no tienen nada que hacer en esos ámbitos naturales correspondiendo su evacuación por los organismos especializados del Estado Plurinacional.

Por otra parte, la población nativa, originaria, que siempre estuvo allí, interactuando como componente funcional del ecosistema original, por las condiciones de aprovechamiento que practican de los recursos de su entorno, en base al conocimiento ancestral de los mismos, es y merece ser considerada como guardiana intangible de esos recursos, para poder disfrutar de su sapiencia a futuro, en beneficio de las generaciones futuras del país y de la humanidad.

El autor es Ingeniero agrónomo, M.Sc. en Dasonomía.

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