La solución final

Habría que considerar primero a dónde meterlos: un museo, una caja, un barrio en la periferia de Santa Cruz o de Buenos Aires o Miami –mejor Miami, de una vez; Obama puede pagar los pasajes-, un cementerio, una jaulita, una página web. A los Pacahuaras, que son bien poquitos, podrían meterlos en una cabina telefónica o en un Volkswagen violeta.