Desastres naturales en un mundo cada vez más urbanizado

En las últimas dos semanas se publicaron al menos tres nuevos informes que confirman el acelerado deterioro de ecosistemas fundamentales para la vida en el planeta.

El informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) titulado “La protección de la diversidad biológica del Ártico: Ventajas y desventajas de los acuerdos medioambientales”, informa sobre los cambios que sufre la región del Ártico y lo que ello implica para la biodiversidad.

“Estamos presenciando un cambio sin precedentes en el Ártico, lo que tendrá consecuencias importantes y de largo alcance no sólo para la propia región, sino para el resto del mundo”, manifestó el subsecretario General de Naciones Unidas y Director Ejecutivo del PNUMA Achim Steiner.

La investigación desarrollada por el Centro Polar GRID-Arendal del PNUMA, en Noruega, y presentada en la Décima Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica, subraya que los cambios ambientales en el polo norte son el ejemplo más notable de lo mucho que el mundo está interconectado, y cómo las políticas en una parte del planeta pueden afectar gravemente el medio ambiente, la biodiversidad y el sustento en otra parte.

Principales amenazas para la diversidad biológica del Ártico, tales como el cambio climático, los contaminantes transfronterizos y la fragmentación del hábitat, son esencialmente de carácter global. Para hacer frente a estas crecientes presiones sobre la diversidad biológica es necesaria una forma de pensar más global, intersectorial e interdisciplinaria por parte de los responsables de las políticas, los científicos y otros actores interesados, recomienda el documento.

La mejor manera de predecir el impacto del cambio climático es mediante un control exhaustivo del nivel de los mares y de las capas de hielo, indicó el oceanógrafo australiano John Church, de la Organización para la Investigación Industrial y Científica de Australia. En su obra titulada “Comprender la elevación del nivel del mar y la variabilidad”, el experto explica que lo descrito resulta necesario para proteger el valor de la infraestructura del mundo amenazado.

Precisó que las consecuencias de fenómenos extremos en áreas costeras ya son percibidas en el referido indicador y en su entorno. Ante la falta de acuerdos concretos en cuanto a la reducción de gases de efecto invernadero, cada vez se hace más evidente la necesidad de adaptarnos a los niveles del mar, agregó.

Por otro lado, el Cuaderno Estadístico 38 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) alerta sobre el incremento de la contaminación del agua y del aire en Latinoamérica, con graves efectos en la calidad de vida y en la salud humana y ecosistémica.

El 28 de octubre, expertos de la Universidad de Guyana presentaron el informe GEO Georgetown que evalúa el Medio Ambiente Urbano y hace un llamado a la acción, al reconocimiento de la naturaleza y las causas y efectos de los problemas de la ciudad sobre el entorno natural y urbano.

El documento indica que el cambio climático influye de manera particular en las ciudades costeras como Georgetown, situada en una llanura de la costa atlántica, la cual aumenta su vulnerabilidad a las inundaciones. Resalta los serios problemas que existen en los sistemas de drenaje debidos al crecimiento urbano no planificado y el efecto de las mareas altas por tormentas que aumentan la sedimentación a lo largo de la costa, lo que reduce la capacidad de carga de los drenajes.

En el Día Internacional para la Reducción de Desastres, el secretario general de la ONU advirtió que los riesgos de desastres se acumulan por la alta proporción de personas instaladas en ciudades vulnerables a tormentas, inundaciones, elevaciones del nivel del mar y fallas sísmicas.

En Asia, mil millones de personas viven a menos de 100 kilómetros del mar, mientras que dos terceras partes de la población de Latinoamérica y el Caribe viven a 200 kilómetros de las costas.

La UNESCO y la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) establecieron el Sistema de Alerta Temprana contra los Tsunamis y de Mitigación de sus Efectos tras el maremoto que a fines de 2004 acabó con la vida de más de 200 mil personas. Luego del terremoto y tsunami que azotaron Sumatra el 25 de octubre, la directora general de la UNESCO Irina Bokova exhortó a intensificar los esfuerzos para proteger a las poblaciones costeras.

La Organización Panamericana de la Salud también llamó a reforzar las garantías para tratar de evitar la destrucción masiva de hospitales y otros centros a causa de fenómenos naturales. Ciro Ugarte, del Programa de Emergencia y Desastres, recordó que el terremoto en Haití destruyó casi todas las instalaciones sanitarias y que el sismo en Chile dejó fuera de servicio la mitad de las unidades en la región afectada.

Eventos extremos

La ONU estima que en lo que va de año más de 236 mil personas murieron como consecuencia de tragedias naturales y otros 250 millones fueron afectados por terremotos, inundaciones, tormentas tropicales o deslaves.

La temporada ciclónica 2010 en el Atlántico, Mar Caribe y Golfo de México contabilizó 19 tormentas tropicales y 12 huracanes y fue reconocida como una de las más activas desde 1850. Fue algo insólito tener simultáneamente dos ciclones tropicales el 30 de octubre, resaltó el jefe del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba (INSMET) José Rubiera.

En Nicaragua, el crecimiento sostenido del nivel de las aguas del lago Xolotlán hasta los 42,65 metros sobre el nivel del mar, 55 centímetros por encima de la altura alcanzada en 1998 durante el huracán Mitch, creó una situación sin precedentes en Managua y en otros municipios. El 6 de octubre, al menos 6.907 personas permanecían refugiadas en 16 albergues temporales, y barrios completos de la urbe habían sido evacuados.

El 15 de octubre, el gobierno de Paraguay decretó estado de emergencia por tres meses en el departamento de Amambay, 531 kilómetros al noreste de Asunción, debido a las intensas heladas, sequía prolongada e incendios forestales. A finales de septiembre declaró emergencia en el departamento de San Pedro. El 3 de noviembre, la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) de Paraguay informó que 20 mil viviendas de siete departamentos fueron afectadas por un temporal con ráfagas de viento que superaron los 80 kilómetros por hora.

El 27 de octubre, autoridades de la provincia de Arauco al sur de Chile, una de las áreas pesqueras más importantes de Chile, alertaron sobre la masiva emigración de trabajadores de la pesca como resultado de la devastación causada por el tsunami de febrero. En el momento del megasismo, la mencionada comuna contaba con 3.800 pescadores inscritos y unas 500 embarcaciones.

El 31 de octubre, unas tres mil hectáreas de bosques fueron severamente afectadas en el departamento de Petén en Guatemala tras el paso de la tormenta tropical Richard, lo cual fue considerado un desastre ecológico.

Inundaciones en África y Asia

El 26 de octubre se reportaron 397 muertos y 1,8 millones de afectados por inundaciones en África occidental y central, el doble que en 2009, cuando se registraron 195 muertos y 823 mil afectados, confirmó la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA).

Las inundaciones propagaron el cólera y desde junio se reportaron  1.776 fallecimientos y más de 52 mil casos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Nigeria fue el país más afectado con 1.555 muertos y más de 38 mil casos diagnosticados, seguido por Camerún (515 fallecidos y casi ocho mil enfermos), y Chad (141 decesos  y 4.215 pacientes).

El 27 de octubre, autoridades de Tailandia reportaron la muerte de al menos 60 personas por la crecida de varios ríos que afectaron a más de tres millones de habitantes. El primer ministro tailandés Abhisit Vejjajiva catalogó este aluvión como el peor sufrido en el país en los últimos 50 años.

Ese mismo día en Indonesia se contabilizaron más de 450 muertos, centenares de desaparecidos y serios destrozos de infraestructuras por las inundaciones, la erupción del volcán Merapi y un violento sismo de 7,5 grados en la escala de Richter que provocó un tsunami con olas de más de tres metros que devastaron aldeas costeras de la isla de Sumatra.

Durante las operaciones de rescate, en Java comenzó la erupción del Merapi. La nación, un vasto archipiélago asentado sobre las placas tectónicas australiana y euroasiáticas, posee 129 volcanes en actividad y es una de las más afectadas por 20 tifones anualmente como promedio.

Granizadas y déficit de lluvias en Bolivia

El 21 de octubre, al menos 200 familias de seis comunidades del municipio de Uriondo de Tarija padecieron una fuerte granizada que dañó al menos 200 hectáreas de cultivos de vid, tomate, papa, cebolla y otros productos.

Ese mismo día, vientos huracanados acompañados de una intensa tormenta y granizada derribaron árboles, techos de varias viviendas, las columnas de hormigón de un polifuncional en el Barrio Americano y cortaron el suministro de energía eléctrica y telefonía en la ciudad de Yacuiba por el lapso de cuatro horas.

El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) registró un déficit de lluvias de entre 20 y 25% de enero a octubre de 2010, especialmente en los llanos orientales, en el departamento del Beni y en el norte de La Paz. El Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras destinó 1,2 millones dólares para atender a más de 30 mil familias afectadas por la sequía, heladas e inundaciones en municipios de Potosí, Beni, Chuquisaca y Santa Cruz.

Con información de Prensa Latina y Enlared.

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