Oro azul o imaginar lo impensable

Si en el siglo XX la pugna de los gobiernos fue por el denominado oro negro, el petróleo, en el siglo XXI la lucha será por el agua potable o el oro azul, señala el diario mexicano La Jornada. Si observamos un mapa de Estados Unidos veremos que hay escasez de agua en casi todos los Estados de la Unión por el crecimiento desmesurado de las grandes ciudades, el consumo desmedido, la contaminación generada por las grandes industrias y por el actual calentamiento global.

Esto se ha comenzado a reflejar en la tendencia privatizadora del recurso natural a escala planetaria y en que las empresas dedicadas a la comercialización del líquido lo ofrecen con precios hasta 10 mil veces más elevados que las estatales del mismo ramo. Lo anterior fue asegurado por los autores del libro Oro Azul, los canadienses Maude Barlow y Anthony Clarke en el cual se expone la forma en que el agua dulce se ha convertido en un gigantesco negocio y en coto cerrado para los más ricos y poderosos. Barlow y Clarke, especialistas canadienses que han dedicado muchos años al análisis del tema, plantearon en su libro que han visto en las experiencias de los países de América Latina e incluso de Canadá y Estados Unidos, la forma en que sus principales argumentos investigativos se hacen realidad.

La expansión del control privado de los servicios de agua, de la producción del recurso y de su distribución se ha convertido en el suculento negocio de un puñado de industrias que obtienen ganancias astronómicas todos los años. Entre ellas las trasnacionales Suez, Vivendi, RWE-Thames y Veolia, además de las embotelladoras Coca Cola, Pepsi y Nestlé, indicó en su intervención Andrés Barreda, del Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular de México, país que tiene serias contradicciones con Estados Unidos por la cuestión del agua de los ríos fronterizos.

Por México cruzan 718 cuencas hidrográficas, entre ríos, lagos y lagunas, pero 75 por ciento ellas están contaminadas. En México subterráneo hay 653 acuíferos que abastecen de líquido a 75 por ciento de la población, y al 61 por ciento de la industria así como al 33 por ciento de la agricultura, pero 104 de ellos agonizan porque están sobre explotados. Esos acuíferos son recargados por los bosques y las selvas pero sin embargo, en los últimos 20 años se ha perdido el 58 por ciento del área boscosa y sólo se conserva el 2 por ciento de las selvas, publica el diario El Universal.

La disputa con Estados Unidos. El 25 por ciento del agua potable de la que dispone México está contenida principalmente en ríos, lagos y lagunas. De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, México cuenta con una red hidrográfica de 633 mil kilómetros donde se destacan 50 ríos que cubren 65 por ciento del territorio nacional. Esa riqueza, que se divide en cinco grandes cuencas también se agota aceleradamente. Un ejemplo de ellos es la cuenca del Río Bravo donde el 51 por ciento de la misma está del lado de Estados Unidos.

El estudio «El agua en México: lo que todos debemos saber», elaborado por el Centro de Derecho Ambiental y la organización Presencia Ciudadana, advierten que la escasez del agua en esta cuenca ha generado serias diferencias con Estados Unidos, pues del lado mexicano el crecimiento demográfico es del siete por ciento anual y esto ha provocado una notable escasez de agua. Pero además, agrega, 75 por ciento de los cuerpos de agua están contaminados en algún grado debido a las filtraciones de aguas residuales provenientes de la industria principalmente.

En su intervención, Maude Barlow dijo que América Latina tiene el 20 por ciento del agua dulce disponible en la tierra y señaló: «Ustedes deberían tener más agua de la que tienen. Cada latinoamericano debería contar con 110 mil metros cúbicos y actualmente tienen apenas el uno por ciento de esa cantidad. Son ricos en agua y al mismo tiempo son pobres». Destacó además que un problema serio es la contaminación, porque la mayor parte del agua que utiliza la industria vuelve a los cauces de ríos y al suelo sin tratamiento y de esa forma ensucia los mantos freáticos.

Detalló Barlow que el libro analiza la crisis que ocurre hoy en todo el mundo, ligada al cambio climático y al rápido agotamiento del líquido debido a un patrón de consumo que saquea y agota los recursos. Por su parte, Tony Clarke aseveró que en México, por sus reservas hidráulicas, al igual que en Canadá, por los Grandes Lagos, existe gran preocupación porque a Estados Unidos se les acaban las fuentes de agua dulce.

Existe el potencial para que la escasez de agua sea el detonador de más tensiones internacionales y allí donde ya existan conflictos, los exacerbará, reconoce el diario británico Sunday Observer. En el más reciente Estimado Nacional de Inteligencia de Estados Unidos se advertía que para el 2015 es probable que el país tenga que ir a la guerra por garantizar las fuentes hidráulicas vitales para sus tropas y población y que para el 2025 sufriría seriamente las consecuencias del actual cambio climático.

* El autor es jefe del Departamento de Difusión de Prensa Latina.

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