Achocalla es un valle alto situado a pocos kilómetros de la sede de gobierno, donde se produce aproximadamente el 20% de las verduras que se consumen en las ciudades de La Paz y El Alto. La Asociación de Fruticulturas y Productoras de Hortalizas de Achocalla (AFLOPHA) y la Asociación de Carpas Solares de Hortalizas de Achocalla (ACSHA) cultivan rábano, zanahoria, nabo, acelga y apio, entre otros productos. “Me llamó la atención ver un valle cerca de El Alto, donde se cultivan productos ecológicos en pequeña escala, con el esfuerzo de las hermanas productoras y el interés del Alcalde”, destacó la ministra de Desarrollo Rural y Tierras Nemesia Achacollo en la inauguración de la feria “Bio Achocalla”, en la que participaron la Nuez Amazónica, AFLOPHA, Flor de Leche y chocolates CEIBO, entre otros expositores.

La feria agroecológica fue organizada por la Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia (AOPEB), con el apoyo del municipio de la región y del gobierno nacional. La AOPEB es la principal impulsora de la Ley 3525 que regula y promociona la producción agropecuaria y forestal y no maderable ecológica en el país. Los agricultores de Achocalla riegan sus cultivos con agua de vertiente y realizan un control orgánico de plagas, destacó Carmen Sotomayor, gerente de AOPEB. El municipio de Achocalla, en coordinación con AOPEB, está desarrollando un sistema de Certificación Participativa que permitirá al consumidor paceño identificar los productos ecológicos de la región. “Como municipio estamos apoyando a los productores y productoras ecológicas, además pronto tendremos un camino asfaltado hacia Achocalla que permitirá a los paceños llegar en 15 minutos a estos centros de producción”, informó el Alcalde de Achocalla Carlos Torrez. “El propósito es convertir a Achocalla en un municipio ecológico”, agregó Sotomayor. “Producimos lechuga, rabanito, acelga y apio para vender en El Alto, y también consumimos mucha ensalada”, comentó orgullosa Nieves Mamani, quien hace cuatro años se dedica a la producción de hortalizas. “Necesitamos el apoyo de las autoridades para vender nuestros productos directamente a los consumidores”, dijo la representante de AFLOPHA “Ajjawir Imilla”, Teodora Quispe. No es conveniente producir alimentos lejos de los centros de consumo y tampoco comercializarlos a través intermediarios: “Ganamos mucho más cuando el consumidor se traslada a las zonas productoras y obtiene productos frescos, ahorra en precios y fomenta la relación directa productor consumidor”, aseguró la integrante de AOPEB María Julia. La ministra Achacollo anunció que los Ministerios de Desarrollo Productivo, de Salud y Desarrollo Rural y Tierras trabajarán de manera conjunta en la promoción de los valores nutritivos de los productos ecológicos para que la gente “poco a poco deje de consumir productos que dañan su salud”. “Nuestro compromiso es promover la producción de alimentos orgánicos y ecológicos para que la población coma productos sanos, nutritivos y netamente orgánicos”, dijo la ministra Achacollo y se comprometió a apoyar a los pequeños productores a través de las unidades descentralizadas del Ministerio a su cargo. El Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras dispone de ocho millones de dólares para financiar programas y proyectos de pequeños productores en municipios y prefecturas con el fin de garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria nacional. Según Achacollo, se instalarán ferias estatales permanentes en las nueve capitales de departamentos, en ciudades intermedias y en localidades fronterizas, en alianza con prefecturas y municipios, en el marco de las políticas nacionales destinadas a garantizar la soberanía alimentaria. La Constitución Política del Estado (CPE) establece que la seguridad y la soberanía alimentaria de la población es uno de los objetivos prioritarios de la forma de organización económica estatal (Artículo 309); es una acción prioritaria de la política de desarrollo rural integral sustentable (Artículos 405 y 407), y es uno de los principios que rigen la negociación, suscripción y ratificación de tratados internacionales (Artículo 255). La Ministra Achacollo reconoció que es obligación del Estado fortalecer a las asociaciones productivas ya existentes; rearticular a comunidades de tierras altas y bajas; buscar la complementariedad entre estructuras agropecuarias tradicionales y agroindustriales, y desarrollar el mercado interno con la creación de un sistema de información de precios, márgenes de intermediación, proveedores, servicios financieros, insumos, demanda, oferta, compras estatales, tecnología, formación, oportunidades de trabajo y de inversión.

El potencial de la agricultura en pequeña escala

Hasta hace poco se creía que las pequeñas fincas familiares eran improductivas en comparación con los cultivos agroindustriales a gran escala. Sin embargo, decenas de investigaciones y estudios científicos recientes demuestran que las pequeñas unidades productivas son menos depredadoras y más rentables que los monocultivos a gran escala, porque utilizan de manera más eficiente la tierra, el agua, la biodiversidad y otros recursos agrícolas. El Informe Evaluación Internacional 2009 del Papel del Conocimiento, Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD), elaborado por más de 400 expertos de 15 países, concluye que las granjas pequeñas son las más adecuadas para aliviar el hambre en el mundo y garantizar el desarrollo sostenible. La pequeña producción agroecológica usa compost u otras materias orgánicas (estiércol, abonos verdes, cultivos de cobertura) en lugar de fertilizantes químicos; realiza controles biológicos de plagas, evitando pesticidas químicos; practica la “cosecha” de agua para conservar la humedad del suelo y prevenir la erosión y lixiviación de nutrientes; y cultiva una variedad amplia de especies adaptadas al clima local en agroecosistemas diversificados menos vulnerables a los eventos climáticos extremos. El Estado Plurinacional de Bolivia y la política de desarrollo rural integral sustentable protegen, fortalecen y fomentan la economía familiar y comunitaria de pequeños productores agropecuarios como alternativas solidarias y recíprocas en el área rural y urbana para que contribuyan al desarrollo económico y social del país. (Artículos 334, 255 y 311, 405 y 406 de la CPE) El Estado Plurinacional reconoce, respeta, protege, fortalece y promueve la forma de organización económica comunitaria que comprende sistemas de producción y reproducción de la vida social, fundados en los principios y visión propios de las naciones y pueblos indígena originario y campesinos. (Artículos 47 y 307) La nueva Constitución manda apoyar a las organizaciones de economía comunitaria para que sean sujetos de crédito y accedan al financiamiento; y les otorga preferencias en las compras del Estado. (Artículos 255, 334 y 336) La pequeña agricultura campesina e indígena comunitaria sustenta varios proyectos de industrialización, comercialización y encadenamientos productivos previstos en el Plan quinquenal de desarrollo agrícola del gobierno boliviano, todos ellos diseñados para garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria y la producción agroecológica. El gobierno diseña un Plan de Fomento a la Producción Ecológica/orgánica para asistir a iniciativas productivas mediante varios programas destinados a concretar todas las políticas, estrategias y acciones en pos de la seguridad y soberanía alimentaria. El programa CRIAR (Creación de Iniciativas Alimentarias Rurales) fomenta la producción de alimentos para consumo local; el programa EMPODERAR (Emprendimientos Organizados para el Desarrollo Rural Autogestionario) desarrolla capacidades productivas agropecuarias, agroforestales y otras; y el Programa Alimentación y Nutrición Escolar busca efectivizar el Derecho Humano a la Alimentación en zonas urbanas, periurbanas y rurales pobres.

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