¿Amenaza a la vida o camino para el desarrollo?

Es el caso de la explotación de petróleo en la región norte de La Paz (Subandina Norte y Subandina Sur de Bolivia). Con esta actividad, Rurrenabaque, Pilón Lajas y Madidi serían afectados en el turismo. Pero la mayor afección la sufriría la población indígena y campesina que sobrevive de los recursos naturales, de lo que les da la tierra y el río.

 

En una nota de la agencia de noticias Erbol, en julio del año pasado se afirmaba que el presidente Evo Morales prometía “festejar el bicentenario de gesta libertaria paceña con petróleo”. Para ello había instruido “al Ministro de Hidrocarburos y al Presidente interino de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) agilizar las tareas de exploración”. De igual modo, “demandó al Prefecto de La Paz, José Luis Paredes, agilizar en la Notaría de Gobierno los trámites de protocolización del contrato de exploración y explotación de hidrocarburos en el Madidi, para que no se pierda más tiempo y comiencen cuanto antes los trabajos para hallar petróleo en la región norte del departamento”.

 

Tras la promulgación de la ley que aprobaba el contrato suscrito por YPFB y Petroandina-SAM para explorar y explotar hidrocarburos en el Parque Madidi, se lee en la noticia de Erbol, “Morales indicó que tiene garantizada una inversión de 240 millones de dólares para la fase de exploración de hidrocarburos en el norte paceño, dinero que será desembolsado por la compañía Petroandina SAM, de la cual son socios YPFB y PDVSA”. En relato de la misma agencia, la inversión de Petronadina sería de 883 millones de dólares en exploración y explotación de diversas regiones del país durante cinco años. De este monto, 242,2 millones de dólares estarían destinados para los trabajos en el norte de La Paz.

 

La labor petrolífera que se planifica para la región incluye las siguientes áreas reservadas: Aguaragüe norte, centro, sur A y sur B, Iñiguazú y Tiacía (en el norte de La Paz), Securé, Madidi, Chiapani, Lliquimuni y Chepite (en el sur andino). Sin embargo, los efectos en el medio ambiente y para los pobladores de la región se extenderán más allá. En palabras de Mabel Mendoza, trabajadora social y Coordinadora del Foro de Rurrenabaque sobre Medio Ambiente y Desarrollo: “el impacto negativo a mediano y a largo plazo lo van a tener que sufrir las organizaciones que están ahí y el hecho es que se afecta reservas y áreas protegidas como el Pilón Lajas y el Madidi”.

 

El portal amazonia.bo manifiesta que Rurrenabaque, “la perla turística del Beni” por estar en la confluencia del río Beni, los Andes tropicales y la planicie amazónica, es “el principal destino turístico de la región, ya que es la puerta de acceso a un área de rica biodiversidad, paisajes inigualables y una combinación de culturas ancestrales y pobladores amables”. En el mismo site se sostiene que: “Desde Rurrenabaque se accede, además, a dos importantes áreas protegidas: el Parque Nacional Madidi y la Reserva de la Biosfera y Tierra Comunitaria de Origen Pilón Lajas, más las pampas del río Yacuma, área bajo protección municipal”.

 

Este municipio con una población de 13.668 habitantes (Censo 2001), constituye una conjunción de culturas, encontrándose culturas como los Tsimanes, Mosetenes, Tacanas, Esse Ejjas, aunque también es importante la población de origen Quechua y Aymara”. Como apunta biodiversityreporting.org, el 90 por ciento de la población de Rurrenabaque vive del turismo, debido a que en su jurisdicción existen unas 812 especies animales y 2.500 vegetales.

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Fobomade

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